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ALCONCHEL DE LA ESTRELLA (Cuenca)

Guión de la Hermandad de la Agonía
Foto enviada por cuenka

NOTAS

1. Cf. Const. dogm. sobre la Iglesia Lumen gentium, 52 y todo el cap. VIII, titulado « La bienaventurada Virgen María, Madre de Dios, en el misterio de Cristo y de la Iglesia ».

2. La expresión « plenitud de los tiempos » (pléroma tou jrónou) es paralela a locuciones afines del judaísmo tanto bíblico (cf. Gn 29, 2l, 1 S 7, 12; Tb l4, 5) como extrabíblico, y sobre todo del N. T. (cf. Mc 1, l5; Lc 21, 24; Jn 7, 8; Ef l, 10). Desde el punto de vista formal, esta expresión indica no sólo ... (ver texto completo)
El Concilio subraya que la Madre de Dios es ya el cumplimiento escatológico de la Iglesia: « La Iglesia ha alcanzado en la Santísima Virgen la perfección, en virtud de la cual no tiene mancha ni arruga (cf. Ef 5, 27) » y al mismo tiempo que « los fieles luchan todavía por crecer en santidad, venciendo enteramente al pecado, y por eso levantan sus ojos a María, que resplandece como modelo de virtudes para toda la comunidad de los elegidos ». (15) La peregrinación de la fe ya no pertenece a la Madre ... (ver texto completo)
6. Todo esto se realiza en un gran proceso histórico y, por así decir, « en un camino ». La peregrinación de la fe indica la historia interior, es decir la historia de las almas. Pero ésta es también la historia de los hombres, sometidos en esta tierra a la transitoriedad y comprendidos en la dimensión de la historia. En las siguientes reflexiones deseamos concentrarnos ante todo en la fase actual, que de por sí no es aún historia, y sin embargo la plasma sin cesar, incluso en el sentido de historia ... (ver texto completo)
Esto lo expresa el Concilio constatando en otro pasaje que María « precedió », convirtiéndose en « tipo de la Iglesia... en el orden de la fe, de la caridad y de la perfecta unión con Cristo ». (13) Este « preceder » suyo como tipo, o modelo, se refiere al mismo misterio íntimo de la Iglesia, la cual realiza su misión salvífica uniendo en sí -como María- las cualidades de madre y virgen. Es virgen que « guarda pura e íntegramente la fe prometida al Esposo » y que « se hace también madre... pues... ... (ver texto completo)
En las presentes reflexiones, sin embargo, quiero hacer referencia sobre todo a aquella « peregrinación de la fe », en la que « la Santísima Virgen avanzó », manteniendo fielmente su unión con Cristo. (12) De esta manera aquel doble vínculo, que une la Madre de Dios a Cristo y a la Iglesia, adquiere un significado histórico. No se trata aquí sólo de la historia de la Virgen Madre, de su personal camino de fe y de la « parte mejor » que ella tiene en el misterio de la salvación, sino además de la ... (ver texto completo)
5. El Concilio Vaticano II, presentando a María en el misterio de Cristo, encuentra también, de este modo, el camino para profundizar en el conocimiento del misterio de la Iglesia. En efecto, María, como Madre de Cristo, está unida de modo particular a la Iglesia, « que el Señor constituyó como su Cuerpo ». (11) El texto conciliar acerca significativamente esta verdad sobre la Iglesia como cuerpo de Cristo (según la enseñanza de las Cartas paulinas) a la verdad de que el Hijo de Dios « por obra del ... (ver texto completo)
4. Nos prepara a esto el Concilio Vaticano II, presentando en su magisterio a la Madre de Dios en el misterio de Cristo y de la Iglesia. En efecto, si es verdad que « el misterio del hombre sólo se esclarece en el misterio del Verbo encarnado » -como proclama el mismo Concilio (8)-, es necesario aplicar este principio de modo muy particular a aquella excepcional « hija de las generaciones humanas », a aquella « mujer » extraordinaria que llegó a ser Madre de Cristo. Sólo en el misterio de Cristo ... (ver texto completo)
Su presencia en medio de Israel -tan discreta que pasó casi inobservada a los ojos de sus contemporáneos- resplandecía claramente ante el Eterno, el cual había asociado a esta escondida « hija de Sión » (cf. So 3, 14; Za 2, 14) al plan salvífico que abarcaba toda la historia de la humanidad. Con razón pues, al término del segundo Milenio, nosotros los cristianos, que sabemos como el plan providencial de la Santísima Trinidad sea la realidad central de la revelación y de la fe, sentimos la necesidad ... (ver texto completo)
En realidad, aunque no sea posible establecer un preciso punto cronológico para fijar la fecha del nacimiento de María, es constante por parte de la Iglesia la conciencia de que María apareció antes de Cristo en el horizonte de la historia de la salvación. (6) Es un hecho que, mientras se acercaba definitivamente « la plenitud de los tiempos », o sea el acontecimiento salvífico del Emmanuel, la que había sido destinada desde la eternidad para ser su Madre ya existía en la tierra. Este « preceder ... (ver texto completo)
Poco después del Concilio, mi gran predecesor Pablo VI quiso volver a hablar de la Virgen Santísima, exponiendo en la Carta Encíclica Christi Matri y más tarde en las Exhortaciones Apostólicas Signum magnum y Marialis cultus (5) los fundamentos y criterios de aquella singular veneración que la Madre de Cristo recibe en la Iglesia, así como las diferentes formas de devoción mariana -litúrgicas, populares y privadas- correspondientes al espíritu de la fe.
2. La Iglesia, confortada por la presencia de Cristo (cf. Mt 28, 20), camina en el tiempo hacia la consumación de los siglos y va al encuentro del Señor que llega. Pero en este camino -deseo destacarlo enseguida- procede recorriendo de nuevo el itinerario realizado por la Virgen María, que « avanzó en la peregrinación de la fe y mantuvo fielmente la unión con su Hijo hasta la Cruz ». (4) Tomo estas palabras tan densas y evocadoras de la Constitución Lumen gentium, que en su parte final traza una ... (ver texto completo)
Esta plenitud delimita el momento, fijado desde toda la eternidad, en el cual el Padre envió a su Hijo « para que todo el que crea en él no perezca sino que tenga vida eterna » (Jn 3, 16). Esta plenitud señala el momento feliz en el que « la Palabra que estaba con Dios... se hizo carne, y puso su morada entre nosotros » (Jn 1, 1. 14), haciéndose nuestro hermano. Esta misma plenitud señala el momento en que el Espíritu Santo, que ya había infundido la plenitud de gracia en María de Nazaret, plasmó ... (ver texto completo)
Venerables Hermanos
amadísimos hijos e hijas:
¡Salud y Bendición Apostólica!

INTRODUCCIÓN

1. La Madre del Redentor tiene un lugar preciso en el plan de la salvación, porque « al llegar la plenitud de los tiempos, envió Dios a su Hijo, nacido de mujer, nacido bajo la ley, para rescatar a los que se hallaban bajo la ley, para que recibieran la filiación adoptiva. La prueba de que sois hijos es que Dios ha enviado a nuestros corazones el Espíritu de su Hijo que clama: ¡Abbá, Padre! » (Ga 4, 4-6). ... (ver texto completo)
carta encíclica
redemptoris mater
del sumo pontífice
juan pablo ii
sobre la bienaventurada
virgen maría
en la vida
de la iglesia peregrina
Nuestro verdadero YO es más competente, más vivo y más interesante que cualquiera de sus falsas imágenes.