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ALCONCHEL DE LA ESTRELLA (Cuenca)

Los caños de la fuente
Foto enviada por cuenka

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Poco después encontraron más horas de ocio para pasear por los hermosos jardines escalonados que el propio Pío proyectara veinticinco años antes, cuando era secretario de Estado del Vaticano. Durante sus meditaciones solían mirar hacia las onduladas colinas que desplegaban su esplendor multicolor alrededor de ellos..."
PASCUALINA.

...."Cuando aquel verano declinaba, Pío cayó enfermo. Sufrió un ataque muy grave de hipo, semejante al que casi acabó con su vida el año 1954. Pascualina, aunque hubiera estado esperando lo peor desde hacía algún tiempo, se sobresaltó un poco. Esta vez se alarmó como nunca e insistió en que él se fuera inmediatamente a la cama. El médico recomendó al Papa mucho descanso y aislamiento absoluto. Pero haciendo caso omiso de la enérgica recomendación y pese a su incapacidad para hablar, ... (ver texto completo)
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".... Pío había accedido a reducir una hora su programa matinal de trabajo para sentarse a solas con Pascualina bajo las copas de una apartada arboleda, en los jardines traseros de la residencia. Algunas veces, durante los días dorados de aquel setiembre, pensaron no haberse sentido jamás tan felices mientras conversaban o leían sus misales...
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Poco después encontraron más horas de ocio para pasear por los hermosos jardines escalonados que el propio Pío proyectara veinticinco años antes, cuando era secretario de Estado del Vaticano. Durante sus meditaciones solían mirar hacia las onduladas colinas que desplegaban su esplendor multicolor alrededor de ellos..."
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Pese a la solícita vigilancia y las advertencias de Pascualina relacionadas con su salud, Pío mantuvo un horario muy cargado de trabajo. Desde su balcón de la segunda planta se dirigía casi diariamente a los peregrinos que, provenientes de todos los rincones del mundo, llenaban el patio. Esas audiencias, mucho menos convencionales que las del Vaticano, encantaban al Pío. El solía hablar a cada delegación en su lengua natal, luego extendía los brazos y los alzaba en su característico homenaje ... (ver texto completo)
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".... Pío había accedido a reducir una hora su programa matinal de trabajo para sentarse a solas con Pascualina bajo las copas de una apartada arboleda, en los jardines traseros de la residencia. Algunas veces, durante los días dorados de aquel setiembre, pensaron no haberse sentido jamás tan felices mientras conversaban o leían sus misales...
LA PAPISA.

"...... Así pues, la monja y el Papa se instalaron en Castelgandolfo recreándose por anticipado con unas vacaciones de dos meses y medio. La residencia papal, situada plácidamente junto a un tranquilo lago, entre arboledas, era el lugar adonde acudían cada año, por invitación del Papa los ricos y los famosos para solazarse con lo "mejor de dos mundos", el eclesial y el temporal"...
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Pese a la solícita vigilancia y las advertencias de Pascualina relacionadas con su salud, Pío mantuvo un horario muy cargado de trabajo. Desde su balcón de la segunda planta se dirigía casi diariamente a los peregrinos que, provenientes de todos los rincones del mundo, llenaban el patio. Esas audiencias, mucho menos convencionales que las del Vaticano, encantaban al Pío. El solía hablar a cada delegación en su lengua natal, luego extendía los brazos y los alzaba en su característico homenaje ... (ver texto completo)
LA PAPISA.

"...... Así pues, la monja y el Papa se instalaron en Castelgandolfo recreándose por anticipado con unas vacaciones de dos meses y medio. La residencia papal, situada plácidamente junto a un tranquilo lago, entre arboledas, era el lugar adonde acudían cada año, por invitación del Papa los ricos y los famosos para solazarse con lo "mejor de dos mundos", el eclesial y el temporal"...
Si te parece que sabes mucho y entiendes mucho, ten por cierto que es mucho más lo que ignoras.

Thomas De Kempis (1380-1471) Teólogo alemán.
Todas las acciones comienzan en alguna parte, y se dominan con mayor facilidad al principio. Si somos capaces de detener el pensamiento que nos encamina a un acto indebido, podremos detener el mismo acto.
Si nos habituamos a ser demasiado blandos con los malhechores, acabaremos siéndolo con nosotros mismos. Debemos procurar no ahogar la voz de la conciencia ni embotar el espíritu de la justicia, pues como dijeron los sabios de todos los tiempos, la voz de la conciencia es la voz de Dios.
El no hacer caso de las reglas que ya existen equivale a meterse en un territorio desconocido sin querer llevar brújula ni mapa. La religión nos ofrece grandes normas morales, tales como los Diez Mandamientos. Los filósofos han tratado de mejorarlas sin mucho éxito e Inmanuel Kant propuso como guía para la moral su Imperativo Categórico: obra siempre como si tus acciones pudieran llegar a ser principios universales para todos los hombres.
Todas las acciones comienzan en alguna parte, y se dominan con mayor facilidad al principio. Si somos capaces de detener el pensamiento que nos encamina a un acto indebido, podremos detener el mismo acto.
Con esto anterior, no quiero decir que los unos van a ir al infierno y los otros al cielo, ni que el universo reparte automáticamente celestiales caramelos a los niños buenos, pero si creo que si una persona no tiene que perder tiempo tratando de ocultar viejas mentiras, o desperdiciar energías intentando justificar tácticas equívocas, y si posee la confianza que nace de afrontar honradamente las cuestiones morales, entonces podrá proceder con más soltura que las que viven a la sombra de una dudosa ... (ver texto completo)
El no hacer caso de las reglas que ya existen equivale a meterse en un territorio desconocido sin querer llevar brújula ni mapa. La religión nos ofrece grandes normas morales, tales como los Diez Mandamientos. Los filósofos han tratado de mejorarlas sin mucho éxito e Inmanuel Kant propuso como guía para la moral su Imperativo Categórico: obra siempre como si tus acciones pudieran llegar a ser principios universales para todos los hombres.
Bajo mi punto de vista, la maldad y el vicio pueden cargar a las personas de invisibles cadenas de culpabilidad, y por el contrario, la rectitud de conciencia las estimula y las vigoriza.
Con esto anterior, no quiero decir que los unos van a ir al infierno y los otros al cielo, ni que el universo reparte automáticamente celestiales caramelos a los niños buenos, pero si creo que si una persona no tiene que perder tiempo tratando de ocultar viejas mentiras, o desperdiciar energías intentando justificar tácticas equívocas, y si posee la confianza que nace de afrontar honradamente las cuestiones morales, entonces podrá proceder con más soltura que las que viven a la sombra de una dudosa ... (ver texto completo)
Es en esta especie de círculo vicioso en donde nuestra sociedad parece estar atrapada. Para romperlo, tenemos que convencernos a nosotros mismos que la falta de honradez no es solamente una forma de anarquía que puede destruir la sociedad, sino también un sutil veneno, pernicioso en extremo para el indivíduo como ser humano...
Bajo mi punto de vista, la maldad y el vicio pueden cargar a las personas de invisibles cadenas de culpabilidad, y por el contrario, la rectitud de conciencia las estimula y las vigoriza.
Un día leí que los trabajadores norteamericanos robaban a sus patronos unos miles de millones al año en metálico y en mercancías; también se decía en el escrito que muchas firmas quebreban por la falta de honradez de sus empleados. No sé si será totalmente cierto, pero esto me hace pensar que la improbidad o maldad es una enfermedad contagiosa y que ahora padecemos una epidemia de ella.
Aunque siempre ha habido pícaros en este mundo imperfecto en que vivimos, el porcentaje parece hoy mayor que hace ... (ver texto completo)
Es en esta especie de círculo vicioso en donde nuestra sociedad parece estar atrapada. Para romperlo, tenemos que convencernos a nosotros mismos que la falta de honradez no es solamente una forma de anarquía que puede destruir la sociedad, sino también un sutil veneno, pernicioso en extremo para el indivíduo como ser humano...
Un día leí que los trabajadores norteamericanos robaban a sus patronos unos miles de millones al año en metálico y en mercancías; también se decía en el escrito que muchas firmas quebreban por la falta de honradez de sus empleados. No sé si será totalmente cierto, pero esto me hace pensar que la improbidad o maldad es una enfermedad contagiosa y que ahora padecemos una epidemia de ella.
Aunque siempre ha habido pícaros en este mundo imperfecto en que vivimos, el porcentaje parece hoy mayor que hace 20 o 30 años. Una conocida mía, trabajadora de unos grandes almacenes, me contó que el año pasado las pérdidas por robo de la clientela habían sido un diez por ciento mayor que el año anterior.
Parece que el criterio ya no es lo que está bien o está mal, sino lo que se puede hacer impunemente, por eso hay veces que pienso que, la honradez parece pura tontería.
Así, el fraude engendra fraude, y de esta forma la inmoralidad de un sólo indivíduo puede debilitar la integridad moral de miles de seres que tratan de justificarse diciendo: "Todo el mundo lo hace"... ... (ver texto completo)
Buén fin de semana.

saludos. rs