Luz ahora: 0,10500 €/kWh

ALCONCHEL DE LA ESTRELLA (Cuenca)

Aquí Radio Andorra JPG
Foto enviada por Milagros

...
Otro de los grandes ganadores, el joven Gabino Moral, hizo su quiniela con un mugriento dado que la familia usaba para jugar al parchís: el uno era el 1; el dos, era el 2 y el conco, una X. Decían que Gabino tuvo que hacer tantas tiradas que llegó a cansar a sus padres con el ruido del cubilete, pero ganó treinta millones de pesetas...
...
Fuesen inocente distracción, o vicio colectivo, las quinielas cesaron de ser un simple juego de azar para convertirse en una de las actividades económicas más fuertes de España. Los cinco mil millones de pestas que los españoles gastaron en este juego el año 1968 constituyeron una cifra casi igual a la que se invirtió en 1966 en enseñanza y formación profesional en España....
...
La mayoría de los apostantesrellenaban los boletos por los medios más pintorescos. El labrador Pedro Cano Cano, máximo acertante hasta los años 70 como ya dije, regresaba a su casa una vez acabada la jornada en el campo cuando rellenó la quiniela: si por el camino veía pasar un caminante, ponía un 1; si veía dos, un 2; si era un grupo, una X...
...
Otro de los grandes ganadores, el joven Gabino Moral, hizo su quiniela con un mugriento dado que la familia usaba para jugar al parchís: el uno era el 1; el dos, era el 2 y el conco, una X. Decían que Gabino tuvo que hacer tantas tiradas que llegó a cansar a sus padres con el ruido del cubilete, pero ganó treinta millones de pesetas...
...
La inmensa mayoría de los apostantes utilizaba los boletos de dos y seis columnas (o combinaciones), que costaban diez o treinta pesetas respectivamente. Dichos boletos fueron reemplazados por otros de dos y cuatro columnas, cuyos precios eran de diez o de veinte pesetas...
...
La mayoría de los apostantesrellenaban los boletos por los medios más pintorescos. El labrador Pedro Cano Cano, máximo acertante hasta los años 70 como ya dije, regresaba a su casa una vez acabada la jornada en el campo cuando rellenó la quiniela: si por el camino veía pasar un caminante, ponía un 1; si veía dos, un 2; si era un grupo, una X...
...
En los años 60 el apostante medio era varón, de edad comprendida entre los treinta y los cincuenta años y perteneciente a la clase media y obrera. Madrid era la ciudad donde más dinero se apostaba, seguida de Barcelona y Valencia...
...
La inmensa mayoría de los apostantes utilizaba los boletos de dos y seis columnas (o combinaciones), que costaban diez o treinta pesetas respectivamente. Dichos boletos fueron reemplazados por otros de dos y cuatro columnas, cuyos precios eran de diez o de veinte pesetas...
...
Tampoco había entonces restricciones jurídicas: cuatro enfermos internados en un sanatorio siquiátrico de Reus acertaron trece resultados y cobraron el premio. "Las quinielas son un juego de todos y para todos", dijo una vez un funcionario del P: A. M. D. B...
...
En los años 60 el apostante medio era varón, de edad comprendida entre los treinta y los cincuenta años y perteneciente a la clase media y obrera. Madrid era la ciudad donde más dinero se apostaba, seguida de Barcelona y Valencia...
...
No sé ahora, (no soy aficionada) pero en aquellos años no había edad legal para jugar a las quinielas. Un niño de ocho años, Goyito, fue el que rellenó una quiniela premiada con más de dos millones de pesetas, que para aquellos años, no estab nada mal...
...
Tampoco había entonces restricciones jurídicas: cuatro enfermos internados en un sanatorio siquiátrico de Reus acertaron trece resultados y cobraron el premio. "Las quinielas son un juego de todos y para todos", dijo una vez un funcionario del P: A. M. D. B...
...
En total, desde su implantación en 1946, hasta 1970, las quinielas habían repartido más de doce mil millones de pesetas en premios y habían hecho millonarios a medio millar de españoles...
...
No sé ahora, (no soy aficionada) pero en aquellos años no había edad legal para jugar a las quinielas. Un niño de ocho años, Goyito, fue el que rellenó una quiniela premiada con más de dos millones de pesetas, que para aquellos años, no estab nada mal...
...
El premio más importante jamás pagado hasta 1970 se produjo en la jornada del domingo 24 de marzo de 1968: un sólo acertante de catorce resultados, el jornalero tinerfeño Pedro Cano Cano, de 59 años de edad, ganó 32.401.402 pesetas con una quiniela de diez pesetas...
...
En total, desde su implantación en 1946, hasta 1970, las quinielas habían repartido más de doce mil millones de pesetas en premios y habían hecho millonarios a medio millar de españoles...
...
Se dió el caso de que, un ama de casa de Igualada (Barcelona) tiró, sin darse cuenta, a la basura el boleto que acababa de rellenar. No volvió a acordarse de él hasta que un día recibió una agradable sorpresa: el Patronato de Apuestas Mutuas Deportivo Benéficas le anunciaba que había obtenido un premio de setecientas mil pesetas...
...
El premio más importante jamás pagado hasta 1970 se produjo en la jornada del domingo 24 de marzo de 1968: un sólo acertante de catorce resultados, el jornalero tinerfeño Pedro Cano Cano, de 59 años de edad, ganó 32.401.402 pesetas con una quiniela de diez pesetas...
...
Incluso si el apostante se olvidaba de reclamar su premio, los agentes del P. A. M. D. B. revolvían Roma con Santiago hasta que daban con su paradero, siguiendo la pista del número del sello que figuraba en el boleto y que revelaba la agencia donde había sido depositado...
...
Se dió el caso de que, un ama de casa de Igualada (Barcelona) tiró, sin darse cuenta, a la basura el boleto que acababa de rellenar. No volvió a acordarse de él hasta que un día recibió una agradable sorpresa: el Patronato de Apuestas Mutuas Deportivo Benéficas le anunciaba que había obtenido un premio de setecientas mil pesetas...
...
Los boletos premiados habían de ser cotejados por la Junta de Control de Madrid con los cuerpos de "control", que eran los que servían en definitiva para adjudicar o no el premio, y que se guardaban en una caja acorazada cuya puerta se abría con tres llaves de distintas claves...
...
Incluso si el apostante se olvidaba de reclamar su premio, los agentes del P. A. M. D. B. revolvían Roma con Santiago hasta que daban con su paradero, siguiendo la pista del número del sello que figuraba en el boleto y que revelaba la agencia donde había sido depositado...
...
Para mayor rapidez y seguridad, y en los casos de boletos múltiples, se empleaban, desde hacía poco tiempo, máquinas electrónicas. En total, el escrutinio consumía desde un mínimo de doce horas de trabajo hasta un máximo de veinticuatro, y su costo excedía los sesenta millones de pesetas al año...
...
Los boletos premiados habían de ser cotejados por la Junta de Control de Madrid con los cuerpos de "control", que eran los que servían en definitiva para adjudicar o no el premio, y que se guardaban en una caja acorazada cuya puerta se abría con tres llaves de distintas claves...
...
Todo esto ocurría mientras los apostantes dormían ilusionados el sábado por la noche. El domingo por la noche, cuando aún resonaban en los graderíos de los campos de fútbol el grito que acompañaba al último gol de la jornada, dos mil expertos escrutadores de toda España, cada uno de los cuales percibía entre 150 y 200 pesetas por jornada, comenzaban a comprobar, lapicero en mano, los aciertos de cada boleto...
...
Para mayor rapidez y seguridad, y en los casos de boletos múltiples, se empleaban, desde hacía poco tiempo, máquinas electrónicas. En total, el escrutinio consumía desde un mínimo de doce horas de trabajo hasta un máximo de veinticuatro, y su costo excedía los sesenta millones de pesetas al año...
...
En las delegaciones provinciales los boletos eran clasificados, guardados en sacas precintadas metálicamente, y enviados a algunos de los ocho centros escrutadores de Algeciras, Barcelona, Granada, Madrid, san Sebastián, Toledo, Valladolid o Zaragoza. En estos centros se procedía a separar el cuerpo de "escrutinio" (que queda en el centro escrutador local) del de "control", que era enviado a Madrid...
...
Todo esto ocurría mientras los apostantes dormían ilusionados el sábado por la noche. El domingo por la noche, cuando aún resonaban en los graderíos de los campos de fútbol el grito que acompañaba al último gol de la jornada, dos mil expertos escrutadores de toda España, cada uno de los cuales percibía entre 150 y 200 pesetas por jornada, comenzaban a comprobar, lapicero en mano, los aciertos de cada boleto...
...
Ocurrió una vez que, un pueblecito muy pequeño del norte de España sufrió un sábado una horrible y gran ventisca. Nadie se atrevía a salir de la localidad porque no disponían de otros medios de locomoción que unas caballerías y viejas bicicletas. " ¿Qué podemos hacer para no defraudar a los apostantes?", preguntó por teléfono el representante local al delegado de la zona. "Iré yo mismo a buscarlos", dijo éste. Y, ni corto ni perezoso, y como si se tratara de una misión de salvamento, el delegado ... (ver texto completo)
...
En las delegaciones provinciales los boletos eran clasificados, guardados en sacas precintadas metálicamente, y enviados a algunos de los ocho centros escrutadores de Algeciras, Barcelona, Granada, Madrid, san Sebastián, Toledo, Valladolid o Zaragoza. En estos centros se procedía a separar el cuerpo de "escrutinio" (que queda en el centro escrutador local) del de "control", que era enviado a Madrid...