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ALCONCHEL DE LA ESTRELLA (Cuenca)

Escudo del pueblo
Foto enviada por cuenka

Y así el viejo y la vieja vivieron felices y contentos sin el lingote de oro.
Debo haberla perdido –dijo- cuando trepé por el seto.
-Paciencia, querido –dijo la vieja-, lo importante es que hayas vuelto a casa. Entra, que la cena está lista.
Dicho esto, el viejo hurgó todos sus bolsillos, pero la aguja ya no estaba.
- ¡Hola, querido! ¿Por dónde has andado todo este tiempo?
-Por la ciudad, en la casa de un rico mercader.
- ¿Y qué te ha dado el mercader?
-Un lingote de oro tan grande como la cabeza de un caballo.
- ¿Y dónde tienes el oro?
-Lo he cambiado por un caballo.
- ¿Y dónde tienes el caballo?
-Lo he cambiado por un buey.
- ¿Y dónde tienes el buey?
-Lo he cambiado por un carnero. ... (ver texto completo)
El viejo le dio el cerdo al buhonero, eligió de sus mercancías la aguja más bonita, le dio las gracias y siguió su camino. Llegó a casa y, como el portón estaba cerrado, tuvo que trepar por el seto. Su mujer salió corriendo a su encuentro:
El viejo le dio el carnero al porquerizo, eligió el mejor cerdo de la piara, le dio las gracias y siguió su camino. Un poco más adelante, se encontró con un buhonero que llevaba a cuestas sus mercancías.
El viejo le dio el buey al pastor, eligió el mejor carnero del rebaño, le dio las gracias y siguió su camino. Un poco más adelante, se encontró con un porquerizo que guiaba una piara de cerdos.
Hola amigo! ¿De dónde vienes?
-De la ciudad, de la casa de un rico mercader.
- ¿Y qué te ha dado el mercader?
-Un lingote de oro tan grande como la cabeza de un caballo.
- ¿Y dónde tienes el oro?
-Lo he cambiado por un caballo.
-Dame el caballo a mí y tú elige, a cambio, el mejor buey de mi manada
Y el viejo le dio el lingote de oro al vendedor de caballos, eligió el mejor ejemplar de la manada, le dio las gracias y siguió su camino. Un poco más adelante, se encontró con un vaquero que guiaba una manada de bueyes
UN LINGOTE DE ORO TAN GRANDE COMO LA CABEZA DE UN CABALLO

Un rico mercader que se bañaba en el río estaba a punto de ahogarse. Un viejo que pasaba por allí oyó sus gritos, se zambulló y logró sacarlo hasta la orilla. El mercader no sabía cómo recompensar al viejo: lo invitó a su casa en la ciudad, le dedicó mil atenciones y le regaló un lingote de oro tan grande como la cabeza de un caballo.
Buén Fín de semana, venga todos al campo a buscar hongos y lo que sea, jeejje

saludos. rs
Pero... Cuenkaaaaaaaaaaaaaaaa... Por aquí, para que salgan los hongos como setas, tiene que llover mucho más.... Jajajajajajajajajaa
Buén Fín de semana, venga todos al campo a buscar hongos y lo que sea, jeejje

saludos. rs
Creo que más fuerte que la sabiduría, es la imaginación.
Que más potente que la historia, es el mito.
Que la esperanza siempre triunfa sobre la experiencia.
Que la única cura para el dolor, es la risa.
Que más poderosos que la realidad, son los sueños.

Robert L. Fulghum
Sueños
Abatidos por la realidad, a veces nos cuesta soñar. Nuestros sueños quedan insignificantes a comparación de la realidad percibida por nuestros sentidos. Por eso mismo, no hay que dejar de soñar sino hacerlo a mayor escala. Lo ideal, pienso, que un sueño sólo muera en el instante en que se acaba de convertir en realidad. Si no logramos conseguirlo, que siga vivo para ser parte del vector directriz de nuestro presente. Para aquellos que hoy necesiten de una palabra esperanzadora, que les permita seguir soñando, van estas frases extraídas de una compilación de “soñadores”. O simplemente para todos aquellos que nos haga falta recordar un poco la sensación de soñar cuando estamos despiertos. Abrazos. Dyego.

La vida y los sueños son hojas del mismo libro;
leerlo en orden es vivir,
hojearlo, es soñar.

Arthur Schopenhauer ... (ver texto completo)