¿Tienes un negocio?

ALCONCHEL DE LA ESTRELLA (Cuenca)

Por las afueras del pueblo
Foto enviada por Qnk

—Se han ido corriendo -dijo Santi— Pero yo estoy aquí y voy a ayudarte.
— ¡Ooooh, Santi! Apresúrate. ¿Dónde están Javier y los demás?
Santi estaba hecho un lío. ¿Qué podía hacer?
— ¡Oooh! —gimió Roque— Estoy herido. Rápido, Santi, ayúdame.
— ¿Qué ha pasado, Roque?
¿Por qué lloraba Roque, un chico tan grande y tan fuerte?
— ¡Santi, sácame de aquí!
— ¿Roque? ¿Te has caído por este agujero?
Era Roque, y estaba en apuros. Santi intentó decirle algo, pero estaba tan asustado que de su garganta sólo salió un débil chillido. El gemido procedía de debajo del suelo. Entonces Santi vio un agujero en el suelo del pasillo.
— ¡Socorro! ¡Mamá, papá, socorro!
Santi se escondió detrás de un coche y estuvo observando a los chicos. Se fueron calle arriba, subieron las escaleras y desaparecieron tras la puerta de la casa número 40. A Santi le parecía increíble que fueran tan atrevidos. Se acercó a la puerta de la casa y oyó a la pandilla riendo y cuchicheando mientras se dedicaban a explorar una sala. Luego se hizo un largo silencio. De pronto, Santi oyó un débil grito. Permaneció inmóvil sobre un montón de arena. Después vio a la pandilla bajar atropelladamente ... (ver texto completo)
Sin embargo aquel día los obreros estaban ausentes, lo que aprovecharían para jugar entre los escombros, las máquinas y los materiales.
Un día que Santi estaba sentado cerca de sus compañeros, oyó sus planes inmediatos. Iban a meterse en la casa número 40. Santi no salía de su asombro. En el número 40 trabajaban unos obreros de la construcción, corpulentos, llenos de polvo, que habían prohibido a los chicos acercarse a las hormigoneras, a los montones de arena y a las carretillas.
Santi movió la cabeza en sentido negativo, aterrado sólo de pensar en los balonazos y en los otros chicos. Estos, imitando a Roque, le llamaban para que se uniera a ellos, y canturreaban: “Venga, Santi. Tonto, más que tonto.” Santi odiaba eso.
—Venid todos. Como no hay coches que nos estorben, jugaremos al fútbol. Venga, Santi. Unete a nosotros.