-- ¡Tenemos que quemar la
casa!
--dijo la voz del Conejo.
Y Alicia gritó con todas sus fuerzas:
-- ¡Si lo hacéis, lanzaré a Dina contra vosotros! Se hizo inmediatamente un silencio de muerte, y Alicia pensó para sí:
--Me pregunto qué van a hacer ahora. Si tuvieran una pizca de sentido común, levantarían el
tejado.
Después de uno o dos minutos se pusieron una vez más todos en movimiento, y Alicia oyó que el Conejo decía:
--Con una carretada tendremos bastante para empezar.