Recorrieron juntos una buena parte del
camino hasta que la Muerte le dijo al
joven:
-Escúchame bien: quiero hacer de ti un
médico. Cuando te llamen para atender a algún enfermo, iré contigo y debes prestar atención al lugar en el que yo me sitúe. Si me sitúo junto a la cabecera de la cama, quiere decir que el enfermo morirá y no debes recetarle ninguna medicina. Si me coloco, en cambio, a los pies de la cama, significa que el enfermo sanará y tú puedes recetarle lo que quieras.