- ¡Pues llamad al canguro para que declare! ¡Es quien más padece! Los humanos le acosan, le matan, le despellejan y hacen con él botas y sopa!
El pelícano agregó:
-Este juicio me parece una comedia ridicula -dijo el koala, que se quedó dormido en el árbol.
-Bueno, pues llamad al koala. Los humanos le meten en parqueszoológicos y está que trina.
Entonces, el pelícano intervino diciendo:
- ¿Por qué no llamáis al ornitorrinco primero? Los humanos quieren saber muchas cosas de su vida y está muy enfadado con ellos.
La rata exclamó:
El pájaro charlatán (que había salvado a Lily de la serpiente cuando aquélla se encontraba perdida) permaneció en un árbol riendo por lo bajito.
- ¡No tiene ninguna gracia! ¡Pero fijaos! ¡La prisionera le está rascando la cabeza al juez! (La cacatúa recordó de pronto que hacía de juez y Lily dejó de rascarle las plumas de la cabeza). Llamad al pájaro charlatán. La semana pasada unos humanos blancos mataron a tiros a dos de su especie.
La urraca dijo:
- ¡Qué gracioso! -dijo Lily, que no estaba nada asustada. Amaba tanto a todos los animales que no podía creer que quisieran hacerle daño.
-Estamos aquí para juzgarte por los daños que los humanos han causado a las criaturas del bosque. Seremos justos e imparciales. Yo presentaré los cargos. La cacatúa hará de juez. Las aves que están ahí constituirán el jurado.