EL LEÑADOR Y SU HIJA ASTUTA
Había una vez un leñador que iba al bosque a arrancar cepas de
árboles. Un día, mientras se dedicaba a desenterrar una, sintió entre sus raíces algo duro. Era un cofrecito de hierro lleno de monedas de oro. El leñador no cabía en sí de contento. Puso el cofre en su carrito, lo cubrió con ramas secas y se dirigió a su
casa. Con todo aquel oro, quién sabe cuántas cosas hermosas podría
comprar.
Al llegar a la ciudad, se encontró con un rico mercader, que le dijo:
-Querría
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