Un día, el arroz estaba casi maduro y las hermosas espigas amarillas se mecían al sol, el abuelo estaba de pie ante la casa y miraba a lo lejos cuando, de pronto, vio algo muy extraño en el horizonte. Una especie de gran nube se levantó allí, como si el mar se hubiera subido hacia el cielo. El viejo se protegió la vista con sus manos y miró más fijamente; en seguida entró en la casa.