Según esta nueva interpretación con conexiones con la de Stoker, Vlad Tepes es también príncipe de Valaquia, de confesión católica, tras su conversión a partir de la fe ortodoxa. Fue rehén de los invasores otomanos, en una práctica habitual por aquel entonces, que consistía en asegurar la lealtad de ciertos nobles, mediante el secuestro consentido de sus hijos o parientes en otras cortes. A cambio, éstos se criaban en costumbres distintas, y a menudo adquirían mejor educación y destrezas que aquellas ... (ver texto completo)