- ¡Pero el Sultán Soleimán murió hace casi tres mil años! -gritó Abdula.
- ¡Exacto! -replicó con brusquedad el genio-. ¿Te sorprende que esté de tan pésimo humor?
Profirió un gran grito y el agua se puso a hervir en torno a sus tobillos. Levantó su gigantesca espada, que centelleó al sol, y cortó una nube en tiras encima de su cabeza. Luego miró hacia abajo para disfrutar por última vez del espectáculo del rostro aterrado del pescador.
Pero Abdula no sólo no estaba asustado sino que permanecía ... (ver texto completo)
- ¡Exacto! -replicó con brusquedad el genio-. ¿Te sorprende que esté de tan pésimo humor?
Profirió un gran grito y el agua se puso a hervir en torno a sus tobillos. Levantó su gigantesca espada, que centelleó al sol, y cortó una nube en tiras encima de su cabeza. Luego miró hacia abajo para disfrutar por última vez del espectáculo del rostro aterrado del pescador.
Pero Abdula no sólo no estaba asustado sino que permanecía ... (ver texto completo)