Luz ahora: 0,13177 €/kWh

ALCONCHEL DE LA ESTRELLA (Cuenca)

Los adoquines de la calle
Foto enviada por cuenka

– Vaya, Un Ojito, te has quedado profundamente dormida. Volvamos a casa, que se ha hecho muy tarde.
Una vez desaparecida la mesita, la chica despertó a su hermanita y le dijo:
Un Ojito, que se hallaba rendida por el largo paseo, se sentó y entonces Dos Ojitos se puso a cantarle. Un Ojito se quedó dormida y Dos Ojitos, pronunciando las palabras mágicas, se sentó a la mesita y comió y bebió hasta quedar saciada.
– Ven, siéntate a mi lado, que te voy a cantar una canción.
Al día siguiente, Un Ojito se fue con Dos Ojitos y con la cabrita a la pradera; pero se dio cuenta de las intenciones de aquélla, y al llegar adonde solía descansar le dijo:
Cuando volvió por la noche a casa con su cabrita, se encontró con un cuenco de barro en el que estaban las sobras que le habían dejado sus hermanas; pero ni siquiera lo tocó. Al día siguiente volvió a salir como de costumbre y no comió tampoco las sobras de las comidas. Esta vez, sus hermanas notaron que Dos Ojitos no tocaba los alimentos y se dijeron: “Aquí pasa algo. Seguramente Dos Ojitos come en otra parte y será necesario vigilarla”.
Dicho esto, el hada se desvaneció. Sin pérdida de tiempo, Dos Ojitos, que ya no podía resistir más el hambre, pronunció las palabras mágicas, y al instante apareció ante ella una mesita servida. Dos Ojitos se puso a comer hasta quedar satisfecha. Luego dijo las palabras complementarias y la mesita desapareció.
“Cabrita, bala; mesita levántate”, y la mesita desaparecerá.
– Vamos, Dos Ojitos – dijo el hada-. Enjúgate las lágrimas y te diré lo que tienes que hacer. Basta con que le digas a la cabrita que cuidas:”Cabrita, bala; mesita ponte” para que aparezca ante ti una mesa bien servida.
Luego, cuando hayas satisfecho tu hambre, dirás:
-respondió-. Por tener dos ojos, mis hermanas y mi madre me tratan mal, me dan vestidos viejos y sobras de sus comidas.
- ¿Cómo no voy a llorar?
Cierto día se le presentó un hada a Dos Ojitos y le preguntó:
Un Ojito, Dos Ojitos, Tres Ojitos

Un Ojito, Dos Ojitos, Tres OjitosHabía una vez una viuda, que vivía con sus tres hijas, la mayor de ellas se llamaba Un Ojito, y la razón de su nombre era porque solo tenía un ojo enmedio de la frente; la segunda de sus hijas, Dos Ojitos, porque tenía dos ujos, como todo el mundo; y la menor, Tres Ojitos, porque tenía tres, dos en el sitio normal y un tercero ojito enmedio de la frente. La madre y las dos hermanas, trataban mal a Dos Ojitos, ya que era diferente ... (ver texto completo)