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ALCONCHEL DE LA ESTRELLA (Cuenca)

Está buscando a sus amigas
Foto enviada por Qnk

Cuando ambos se sintieron completamente bien decidieron cantar juntos a duo los atardeceres hasta un poco entrada la noche. ¡Y en el mismo escenario! Con gusto. Y por diversión.
Así transcurrieron unas semanas. Los bichitos cantores estaban avergonzados. Pero se habían visto varias veces mientras se recuperaban. ¡El bosque iba a recibir una grata sorpresa!
Florindo apiadandose de Melito lo reanimo como pudo. Y empezó a hablarle con señas. El grillo no se tenía en pie.
Entonces empezaron a escucharse silbidos y fuera! fuera! bichos engreídos. Miradlos, eso les pasa por soberbios. Eso decían los animalillos mientras se iban a sus madrigueras y casas.
La cigarra se agarraba el cuello de donde no salia nada. Absolutamente nada. Qué horror pensaba: ¡me he quedado mudo! Qué terrible.
Luego vino Melito que de golpe sufrió un mareo y cayó boca arriba. Las patitas se le movian al ritmo loco que había creado en su afan a toda costa de ganar a Florindo.
El primero en perder la voz fue el Sr. Florindo que empezó a toser y a ponerse pálido y amarillento.
Y sucedió.
Melito y Floriano no descansaban sino que iban aumentando en sonidos y volumen. Al principio no se miraban siquiera. Pero a medida que fue pasando el tiempo de vez en cuando se miraban de reojo y luego, cada vez más. Los animalitos presentes casi tenían que taparse los oidos. ¡Esos bichitos iban a reventar o algo inesperado!
Una ardilla dió la salida a sus voces. Todos los ojos y oidos estaban pendientes de ellos. Entonces una mezcla de ¡cris cris y kaskaskaskas! empezó como un murmullo y sin tregua.
Ambos practicaron mucho hasta que el día llegó. El escenario preparado era el bello atardecer: la hora en que la cigarra y el grillito coincidían.
Todo estaba bien. O casi bien. Hasta que la rivalidad de ambos se acrecentó tanto que los animalillos del bosque les animaron a que se batiesen en un campeonato de canto al aire libre. A ver cual de los dos aguantaba más y lo hacía con más bravura musical.
El grillito Melito antes de que amaneciera tambien se retiraba a descansar. Así que por el dia sonaba Floriano la Cigarra y por la noche sonaba Melito el Grillito.
Nuestro grillito, ¡cómo no!, también conocía a Don Floriano la Cigarra y respetaba mucho su trabajo de día. Pero a Melito lo que le gustaba era cantar de noche. El grillito don Melito también tenía un buen número de fans: lechuzas, mosquitas, luciérnagas... Y los niños y mayores que ponían el oído para escuchar su canto. Su canto elegante, de grillo. Por eso Melito siempre iba vestido impecablemente con un smoking negro brillante. Y le gustaba ser la estrella de la noche. A l igual que la cigarra ... (ver texto completo)
Ya que Grillito Melito era todo un dandy de grillo. Melito tenía una voz mucho más suave y acompasada. El grillito era un poco más a su aire y a menudo en la noche se callaba y aprovechaba para dar un paseo. Como digo era un tres pares de patas bohemio. A menudo se sentaba sobre una hoja donde daba la brisa. Sobre todo en las noches que apretaba el calor buscaba un buen asiento. Y como era caprichoso, si no le gustaba buscaba otro. A Melito le gustaba el silencio de la noche. Por eso a veces se callaba. ... (ver texto completo)