Negocios -25% €/kWh

ALCONCHEL DE LA ESTRELLA (Cuenca)

Las campanillas rojas
Foto enviada por cuenka

Elisa le dijo:

- ¡Mi querido Juan! Figúrate que nos casamos y tenemos un hijo y cuando ya sea mayor se nos ocurre enciarlo aquí por cerveza. Imagínate que cae aquella piqueta y le da en la cabeza y le dejo muerto. ¿No es motivo para llorar?
Al fin decidió bajar a ver qué pasaba. Una vez en la bodega, encontró a todos llorando amargamente.

- ¿Qué ha ocurrido aquí? – preguntó.
- ¡Vaya Elisa tan lista que tenemos!

El novio continuó solo arriba, esperando.
Caundo bajó y las encontró a todas llorando, le preguntó a Elisa el motivo de su llanto y ella le explicó el peligra de la piqueta para el hijo que había de tener, y el hombre también se puso a sollozar diciendo:
– Tendré que bajar yo mismo

-dijo el padre.
Arriba habían quedado los hombres solos y apretaba la sed.
Tras lo cual se sentó con ellas y se puso a llorar.
- ¡Vaya Elisa tan lista que tenemos!
Elisa le contó el motivo de su llanto y la madre exclamó:
Bajó la esposa y las encontró llorando.
-Ve abajo a la bodega a ver qué hacen esas dos mujeres.
Pasó un rato, y como ninguna de las dos volvía y los comensales tenían sed, dijo el padre a su esposa:
- ¡Vaya Elisa tan lista que tenemos! ¡Yo no lo hubiera pensado! – comentó la moza mientras se ponía a llorar con ella.
- ¿Cómo no voy a llorar! Si me caso con Juan y tenemos un hijo, y llega a mayor, y lo enviamos a buscar cerveza a la bodega, puede caérsele esa piqueta en la cabeza y matarlo.
Por qué lloras, Elisa? – le pregunto