Tu eres muy bella, Florecilla le dijo el payasito. Lo único que necesitas es que cuiden y yo te cuidaré.
Así lo hizo el payasito Elarhú, cada mitad de semana iba a verla a Florecilla Silvestre, frotaba su naricita en sus pétalos, la regaba con sumo cuidado y no permitía que crezcan hierbas a su alrededor. Florecilla le agradecía envolviéndolo con su fragancioso aroma, lo cual halagaba mucho a Elarhú.
Así lo hizo el payasito Elarhú, cada mitad de semana iba a verla a Florecilla Silvestre, frotaba su naricita en sus pétalos, la regaba con sumo cuidado y no permitía que crezcan hierbas a su alrededor. Florecilla le agradecía envolviéndolo con su fragancioso aroma, lo cual halagaba mucho a Elarhú.