Juan recogió sus cosas, se despidió de su hermano y de su padre, y emprendió su camino.
Cerca de un molino encontró a un sacristán con el que entabló conversación. Se presentó como Juan Sin Miedo.
– ¿Juan Sin Miedo? ¡Extraño nombre! – Se admiró el sacristán.
– Verás, nunca he conocido el miedo, he partido de mi casa con la intención de que alguien me pueda mostrar lo que es, – dijo Juan
– Quizá pueda ayudarte: Cuentan que más allá del valle, muy lejos, hay un castillo encantado por un ... (ver texto completo)
Cerca de un molino encontró a un sacristán con el que entabló conversación. Se presentó como Juan Sin Miedo.
– ¿Juan Sin Miedo? ¡Extraño nombre! – Se admiró el sacristán.
– Verás, nunca he conocido el miedo, he partido de mi casa con la intención de que alguien me pueda mostrar lo que es, – dijo Juan
– Quizá pueda ayudarte: Cuentan que más allá del valle, muy lejos, hay un castillo encantado por un ... (ver texto completo)