Un día abandonó la aldea y marchó a la aventura confiando mejorar su suerte. Llevó con ellas sus únicas pertenencias, la ropa que vestía y un trozo de pan.
Lluvia de estrellas Hubo una vez una pequeña aldeana que era huérfana y además no tenía hermanos, a pesar de lo cual la chiquilla vivía alegre y era bondadosa como pocas.