-Aquí en la granja sí que estamos bien. ¿Verdad amigos míos? –concluyó la anciana-. Aquí en la granja respiramos paz y tranquilidad, la gente nos quiere vosotros podéis subiros a los árboles y revolcaros sobre el césped sin que nadie nos multe. Además, aquí nos rodea la naturaleza y ella nos da todo lo necesario para vivir felices.
fin
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