–Voy a
comprar un abrigo a mi padre con este dinero.
– ¡Oh, vamos! –exclamó el zorro que iba con el gato–. Eso es poco dinero para un buen abrigo. ¿No te gustaría tener más?
–Sí, pero ¿cómo? –contestó Pinocho.
–Es fácil –dijo el gato–. Si entierras tus monedas en el
Campo de los Milagros crecerá una planta que te dará dinero.
– ¿Y dónde está ese campo?
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