¡Y tan escondida! Con tanta vegetación, más bien parece la jungla... ¡Que gran ocasión para la intriga! No iba a poder resistir lanzarse a una de ellas cuando 13 días después de la ceremonia, el 24 de mayo de 1625, llegaba a París el joven y seductor George Villiers, duque de Buckingham, para conducir a Enriqueta a Inglaterra. La Chevreuse intentaría lanzar a Ana de Austria de cabeza a la aventura...
El relato continuará con "Ana de Austria y el duque de Buckingham" La duquesa nunca dejó de estar en todas las salsas. Ella y su segundo esposo tuvieron un papel destacado en el matrimonio de Enriqueta María, la hermana de Luis XIII, con el rey de Inglaterra. Como Carlos I no podía abandonar su reino, se acordó que se casarían por poderes y que sería el duque de Chevreuse quien le representaría en Francia. Después de la ceremonia, el duque debía acompañar a la recién casada a Inglaterra, y madame de Chevreuse le seguiría. Marie y Claudio se habían visto muchas veces en la corte. Solían encontrarse en casa de la princesa de Conti, hermana de él. Al tanto de los sentimientos de su hermano, les facilitaba las entrevistas, que desde la muerte de Luynes se sucedían sin rebozo. En abril de 1622, tras caer en desgracia, Marie comprendió que no tenía otro modo de salir adelante que casándose con él, de modo que le propuso matrimonio sin vacilar, y el desconcertado Chevreuse apenas tiene otra opción que aceptar. Ambos se casan... La amistad de Marie con el duque de Chevreuse había comenzado en vida de su marido, y fue algo que dio mucho que hablar. De hecho Luis XIII, en un arrebato de mal humor contra Luynes, le había revelado que monsieur de Chevreuse estaba enamorado de su esposa.