LA SANGRÍA DE MI ABUELO
Una de las muchas cosas que me recuerdan a mi abuelo materno es esta sangría. Siempre tenía una jarrita en la nevera, pero sólo cuando había melocotones. Parece que lo estoy viendo abrir la nevera, sacar la jarra, llenar un vaso e ir a su sillón para disfrutar y saborear cada traguito. Era muy goloso (galgo qué diría un manchego)
El melocotón era su
fruta favorita y la de su padre también, por eso se ganó el mote de “cotón” en Puertollano.
El apodo se lo pusieron a mi bisabuelo por la cantidad de melocotones que compraban para él cuando era la temporada. Apodo que salpicó al resto de la
familia, a quienes empezaron a llamar “cotones”.
Mi abuelo hacía la sangría igual que su padre, sin bebidas gaseosas ni licores de fruta. Sólo vino blanco, azúcar y melocotones.
Aunque no tiene misterio alguno, quería dejarla en el blog junto al resto de
recetas que me recuerdan al abuelo, a su
casa o a las
comidas de mi madre. (pincha aquí si quieres ver esas recetas)
Pero me dejo de nostalgias e historias y voy ya con los ingredientes, que dicho sea de paso, van a ojo.
La cantidad de azúcar que doy, puede que a ti te parezca poco, o tal vez demasiado. Es orientativa y lo suyo es que vayas probando hasta dar con el punto de dulzor que a ti te guste.
No se el número de cucharadas de azúcar que le echaba mi abuelo pero seguro que eran bastantes porque le gustaba la sangría muy dulce.
La cantidad de azúcar va a gusto de quién hace la sangría.
Ingredientes:
1 litro de vino blanco (que te guste para beber)
200g de azúcar
2 o 3 melocotones pelados y picados
Hielos
Elaboración:
Mezcla el azúcar con el vino y remueve bien hasta que se disuelva del todo.
Pela y pica en dados los melocotones y échalos a la jarra.
Si lo deseas, puedes añadir unos cubitos de hielo. Mi abuelo también lo hacía.
¡Y ahora a disfrutar de un vasito de sangría!
Notas:
Aguanta varios días en la nevera
Se debe tomar muy frío y debe ser dulce. Ya verás qué sabor más agradable tiene.