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Cielo rojizo, ALCONCHEL DE LA ESTRELLA

EL PORQUÉ DE LA CIENCIA
¿Por qué los atardeceres son naranjas?

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03.05.2012| actualización 12h12
Por AMÉRICA VALENZUELA

Cuando cae el sol, al atardecer, el cielo azul se tiñe de rojo. A medida que el sol baja y se acerca hacia el horizonte van dominando el ambiente los colores cálidos. Pinceladas naranjas, rojas y amarillas inundan el ambiente y nos arropan creando una sensación de sosiego.

¿Qué sucede para que cambie el color del cielo de azul a rojo? La luz del sol es blanca. Es decir, es la suma de todos los colores del arco iris (rojo, naranja, amarillo, verde, azul y violeta).

Viaja desde el sol a la Tierra sin alterarse hasta que penetra en la atmósfera. Entonces choca con las partículas que la componen. A grandes rasgos son polvo, gotas y cristales de agua, sal y las moléculas que forman el aire: oxígeno, nitrógeno y gases nobles.

Todos estos elementos juntos dispersan los rayos de sol. Es decir, los absorben y a continuación emiten en todas las direcciones como si fueran bolas de billar. Cada elemento lo hace de una manera según sus particularidades.

Por ejemplo, las gotas de agua son partículas grandes y dispersan todos los colores en todas las direcciones. Por eso, las nubes, que están compuestas de gotitas de agua, son blancas.

Por su parte, el nitrógeno y el oxígeno dispersan más el color azul y violeta, que emiten en todas las direcciones, mientras que dejan pasar los tonos naranjas y rojos en línea recta. El resultado es un cielo con aspecto de lienzo celeste uniforme.

“Cuantas más partículas sólidas hay suspendidas en el aire más coloridos y saturados son los atardeceres“

Por la tarde, sucedería lo mismo si no fuera porque el Sol está bajo. En esa posición sus rayos recorren hasta 10 veces más atmósfera hasta llegar a nuestros ojos que cuando está el Sol en el cenit.

Así, los tonos azules sufren tal dispersión que no llegan a nuestros ojos mientras que el naranja, rojo y amarillo sí. Cuantas más partículas sólidas hay suspendidas en el aire más coloridos y saturados son los atardeceres.

Los más espectaculares suceden tras las erupción de un volcán. Es así porque las cenizas del aire y demás pequeñas partículas emitidas dispersan los rayos de sol en colores rojizos y anaranjados. Estos colores se suman a los que ya suele haber de forma habitual al atardecer.

¿Por qué el cielo es rojo?
By admin 02/11/2015 Astronomía, Ciencia

¿Por qué el cielo es rojo?

Es impresionante ver al atardecer como el cielo se va tiñendo de colores anaranjados y rojizos. Sabemos el universo no tiene ningún color y de hecho de noche podemos mirar al cielo y vemos las estrellas brillar en un fondo negro… pero entoces ¿a que se deben el resto de colores y tonalidades que vemos durante el día? La respuesta la encontramos en el Sol. Vamos a averiguar por qué:

Todos sabemos que normalmente el cielo es azul, pero a veces se ve rojo, normalmente justo antes de anochecer o después del amanecer, mostrando una amplia gama de amarillos, naranjas y hasta un cielo rojo.

Esto es debido a las ondas que llegan a la Tierra desde el Sol. Estas ondas poseen distintas longitudes, algunas más largas y otras más cortas, dependiendo de la posición del Sol en relación a la Tierra nos llegan con más facilidad unas u otras. En el atardecer el sol esta muy bajo en el cielo. Las ondas de luz azul, que son cortas, son esparcidas por el polvo presente en la atmósfera, de manera que en esos momentos del día las ondas de luz roja y naranja, que son más largas, nos llegan mejor y convierten el cielo en un precioso espectáculo de colores cálidos.
(23 de Septiembre de 2016)
Pero esto no hizo cambiar su carácter y fue tan feliz siendo príncipe, como la había sido siendo un pobre zapatero.
Su anterior esposa, por la que había dejado de preocuparse, desapareció de su vida y obtuvo el castigo al que la condenó su insensata vanidad y su falta de sentimientos.
De este modo El Gran Diseñador, teje el tapiz de nuestra vida.
La hermosa princesa que era tan bonita como la luna en su décimo cuarta noche, estuvo de acuerdo con la elección de su padre, pues había visto a Ahmed de lejos y le había amado en secreto desde la primera vez que lo vio.
La rueda de la fortuna había dado una vuelta completa. Al amanecer, Ahmed estaba conversando con los ladrones, negociando con ellos y, para el crepúsculo, era el señor de un rico palacio y el esposo de una mujer joven, bonita y de alto rango, que lo adoraba.
Declaro que te casarás con mi única hija, proclamó regocijado, puesto que has restituido las riquezas de mi reino y ante tal hecho, ascenderte de rango es un deber para mí.
Cuando terminó su oración apuntó hacia el muro orientado al sur y pidió que su majestad mandase cavar a los esclavos mientras aseguraba que el tesoro se encontraría intacto. En el fondo de su corazón esperaba que fuera verdad.
Al poco tiempo aparecieron los cuarenta cofres con los sellos reales intactos.
La alegría del Rey no tuvo límites, abrazó a Ahmed como un padre e inmediatamente le nombró Primer Astrólogo de la Corte
- ¿Y darás a los ladrones tu perdón, ¡oh, Rey!?
-Si -dijo el monarca-. Se lo daré si encuentro mi tesoro intacto.
-Entonces seguidme -dijo Ahmed y partió hacia los baños.
El Rey y todos los cortesanos siguieron a Ahmed, quien la mayor parte del tiempo iba con los ojos levantados hacia el cielo, susurrando cosas en su respiración y describiendo círculos en el aire.