7. Flores, flores las nubes derramen,
de la Virgen sin mancha en honor,
y su Reina los cielos la llamen,
y los hombres su Madre y su amor. 6. ¡Flores, flores!, que al templo ya viene;
y en su trono de luz y a sus pies
querubines y arcángeles tiene
más que espigas y granos la mies. 5. Porque Tú, Madre Virgen y pura
del que dijo " ¡Haya luz!" y hubo luz,
y a tus pechos bebió tu ternura,
y a tus brazos cayó de la Cruz. 4. Y al mirarte entre el ser y la nada,
modelando tu cuerpo, exclamó:
"Desde el vientre será inmaculada,
si del suyo nacer debo yo". 3. ¡Ay!, bendito el Señor, que en la tierra
pura y limpia te pudo formar,
como forma el diamante la sierra,
como cuaja las perlas el mar.