Al tiempo que escuchamos las explicaciones de los arqueólogos, sobre las diferentes culturas asentadas en el Cerro de la
Virgen, podemos disfrutar de un día espléndido y de unas vistas inigualables.
UNA GRAN OPPIDUM
Esto ha permitido averiguar, por ejemplo, que la ciudad de época ibérica fue mucho más grande que la
romana, abarcando unas 5 hectáreas de superficie, “aunque también hay mucho material extramuros, con zonas de necrópolis, donde los habitantes eran quemados y se enterraban dentro de unas urnas”, detalla el arqueólogo.
La intención de la Asociación es continuar esta importante labor de excavación, estudio e investigación, y para ello ya están viendo a qué ayudas regionales o provinciales pueden acogerse. Con estas subvenciones, se podrían delimitar este 2018 dos zonas donde todo apunta a que hay estructuras completas y seguir interviniendo en la
muralla “lo que nos va a dar mucha
información sobre los sistemas defensivos”.
Tomás Aguado subraya la relevancia cultural del yacimiento, sobre todo en lo relativo a los íberos. Según todos los hallazgos, la del Cerro de la Virgen de la Cuesta fue una oppidum (ciudad) que tuvo que controlar un amplio territorio alrededor, una especie de capital de comarca.
“La puesta en valor de este yacimiento supone un avance muy grande en el conocimiento de cómo fue la Edad del Hierro no solo en la provincia, sino en toda la región, y cómo fue la transición al mundo
romano”, indica.