Los aviarios exteriores, además de fáciles accesos, han de estar dotados de las protecciones pertinentes contra posibles lluvias, vientos o fríos excesivos. Para jaulones exteriores-interiores, similares a los descritos con una o varias portezuelas que permitan a los pájaros la libre circulación, se ha de prever un mecanismo de cierre de las portezuelas o de caldeado del aire frio que pudiera penetrar. La humedad relativa adecuada es fácilmente regulable mediante el uso de un humidificador eléctrico, conectado al correspondiente sensor que permita su parada o puesta en marcha de forma automática. A veces es necesario utilizar calefacción de apoyo pueden prepararse unas lámparas de infrarrojos conectadas a sendos termostatos situados en el fondo del jaulón que permiten la regulación automática del encendido y la desconexión. La decoración se adaptará a los hábitos y exigencias de las especies hospedadas, pero teniendo en cuenta que no deben recargarse las plantas naturales, ni los árboles vivos, pues las deyecciones y suciedad de las aves llegarían a deteriorar sensiblemente estos vegetales. Las perchas necesarias pueden disponerse con arbustos o ramas secas, cuya sustitución sea cómoda rápida y fácil. Los nidales, cajas anidaderas, jaulitas nido y otros dispositivos similares, han de ubicarse en un rincón o lateral...