Formados como mezclas de los anteriores, bien homogéneamente distribuidos o 'por rodales' en el mismo recipiente. Suelos turbosos
También combinados con arena, son muy adecuados para acuarios de agua muy blanda y ligeramente ácida. Son, junto con los anteriores,
'fondos para especialistas' no aconsejables para aficionados. Fondos limosos
Solamente pueden prepararse en acuarios grandes y profundos, de más de 180 l de capacidad y deben combinarse con arena de silice más o
menos fina, dependiendo de la textura final deseada. Permiten la plantación de casi todos los vegetales subacuáticos conocidos y requieren una capa de suelo de 12-15 cm de espesor y filtros de placa de elevado rendimiento. Fondos arenosos
Son los más comúnes y utilizados, ya que son aptos para plantar directamente los vegetales y efectuar decoraciones y efectos diversos. Se construyen con capas de arena de silice de diferente calibre y han de tener una altura mínima de 8-10 cm. Pueden combinarse con lechos rocosos y aterrazarse mediante la sujeción de la arena con placas estrechas de esquistos cuarcíferos. Permiten los filtros interiores 'de placa. Fondos rocosos o pedregosos
Indicados para ciertas especies 'de agua fría', grandes cíclidos y algunos carácidos. Imitan los lechos de los ríos cubiertos de 'cantos rodados', pulidos y redondeados. Son muy aptos para acuarios de reducido tamaño, entre 40 y 80 l de capacidad, aunque exigen el empleo de macetas para albergar las plantas sumergidas, con esquistos o corchos lastrados que disimulen los recipientes.