Ruta nº 12. b. "La Calandre".
Carrasca
1 Botánica.
(Quercus spp.)
Árbol de la
familia de las fagáceas, de diez a doce metros de altura, con tronco grueso, ramificado en varios brazos, de donde parten las ramas, formando una copa grande y redonda; su madera es muy dura y compacta. Posee hojas elípticas, algo apuntadas, a veces espinosas, duras, correosas, persistentes, verdinegras por la haz y más o menos blanquecinas por el envés. Produce florecillas de
color verde amarillento y bellotas, dulces o amargas, según las variedades.
Sinónimos: carrasco, encina.
Información adicional
Derivación: acarrascado, carrascal, carrascalejo, carrascón, carrascoso, carrasqueño.
Bellota
Acorn (1). jpg
Valor nutricional por cada 100 g
Energía 388 kcal 1620 kJ
Carbohidratos 40.75 g
Grasas 23.86 g
Proteínas 6.15 g
Agua 27.90 g
Retinol (vit. A) 2 μg (0%)
Tiamina (vit. B1) 0.112 mg (9%)
Riboflavina (vit. B2) 0.118 mg (8%)
Niacina (vit. B3) 1.827 mg (12%)
Vitamina B6 0.528 mg (41%)
Vitamina C 0 mg (0%)
Calcio 41 mg (4%)
Hierro 0.79 mg (6%)
Magnesio 62 mg (17%)
Fósforo 79 mg (11%)
Potasio 539 mg (11%)
Sodio 0 mg (0%)
Zinc 0.51 mg (5%)
% de la cantidad diaria recomendada para adultos.
Fuente: Bellota en la base de datos de nutrientes de USDA.
[editar datos en Wikidata]
La bellota (del árabe ballūta, encina) es un
fruto característico de las especies del género Quercus (fam. Fagaceae).
Dentro de este género, hay numerosas especies arbóreas que dan bellotas como el roble, la encina, el alcornoque, el quejigo y el melojo. Esos
frutos son los preferidos para las ardillas.
En las encinas de la península ibérica se diferencian dos subespecies: (Quercus ilex subsp. ilex) y (Quercus ilex subsp. ballota) que tienen ligeras diferencias morfológicas y fisiológicas lo que se traduce en unos frutos diferentes, con bellotas más alargadas amargas en la primera planta y bellotas más redondeadas y dulces en la segunda.
En
Extremadura y
Andalucía los
cerdos pastan por las dehesas aprovechando las bellotas caídas, mientras las
cabras frecuentemente trepan a los
árboles buscándolas. Los vacceos y otros
pueblos del centro y norte de la Iberia prerromana obtenían harina panificable de ellas. Así lo sostenía Estrabón en sus escritos sobre los pueblos del norte de la península ibérica:
Los montañeses, durante dos tercios del año, se alimentan de bellotas de encina, dejándolas secar, triturándolas y fabricando con ellas un
pan que se conserva un tiempo.
Allá donde se aprecia su consumo humano, el fruto se consume crudo o tostado a la brasa. También se elabora licor.