Ruta 8c.
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Camino Vecinal, Camino de Padrejas, Camino de la Cañada de La
Cueva,
Carretera CU-V-3232, llegada al
pueblo.
El Arroyo Cazarejo forma un
valle al pasar entre las colinas de la
Sierra de Padrejas y la Sierra de El
Pinar, en su parte izquierda, El Cerro de la
Virgen donde está enclavada la
ermita de Nuestra Señora la Virgen de la Cuesta, Patrona de
Alconchel de la Estrella.
Niebla
La niebla (del lat. nebŭla) es un término general referido a la suspensión de gotas pequeñas en un gas. En meteorología, se refiere a la suspensión de gotas pequeñas de
agua que producen una visibilidad de menos de 1 km. Es un fenómeno meteorológico que consiste en nubes muy bajas, cerca o a nivel del suelo y formadas por partículas de agua de pequeño volumen en suspensión.
Generalidades
En general es llamada niebla cuando se trata de la condensación de la humedad del aire pero todavía en suspensión, en forma de gotas de agua y estas gotas de agua no son lo suficientemente grandes como para que la fuerza de la gravedad terrestre las haga precipitarse, como es el caso de la
lluvia. Localmente recibe otros nombres cuando empieza su precipitación (niebla meona, garúa, sirimiri, chirimiri, chilimili, etc.)
La Organización Meteorológica Mundial (OMM) define la niebla atmosférica como la suspensión de gotas pequeñas de agua (casi siempre, microscópicas) en el aire que también reduce la visibilidad horizontal en la superficie terrestre a menos de 1 km.
Los bancos de niebla se forman de la misma manera que cualquier otro tipo de nubes, pues de nubes estratiformes se constituye la niebla.
La mayor parte de las
nieblas se producen al evaporarse la humedad del suelo, pero puede proceder del vapor de agua expelido por la vegetación o por masas de agua dulce o salada,
ríos, arroyos, charcos, etc. Como describe la física en las propiedades térmicas de los gases, la mayor temperatura relativa de una masa de aire (saturada de humedad) hace que se eleve o que una masa gaseosa (húmeda) sea desplazada por otra masa más fría y, por tanto, más pesada (los gases al dilatarse por el calor pesan menos para un mismo volumen) provoca el ascenso del aire húme que, al enfriarse, se condensa dando así lugar a la formación de estas nubes bajas.
El vapor de agua se condensa con mayor facilidad alrededor de una partícula de polvo, de sal o de cualquier otro elemento en suspensión en el aire. La niebla conlleva la disminución de las condiciones de visibilidad en superficie. La dispersión de la luz en las partículas de agua que forman la niebla favorece la visibilidad en longitudes de onda similares al amarillo selectivo utilizado en
faros y luces antiniebla.