Manantial
Un manantial, naciente o vertiente es la
fuente natural de
agua y no el agua que brota de la tierra o entre las
rocas. Puede ser permanente o temporal. Se origina en la filtración de agua, de
lluvia o de
nieve, que penetra en un área y emerge en otra de menor altitud. Generalmente los manantiales van ligados a la presencia de niveles impermeables en el subsuelo, que impiden que el agua se siga infiltrando y la obligan a salir a la superficie. Estas surgencias suelen ser abundantes. Los cursos subterráneos a veces se calientan por el contacto con rocas ígneas y afloran como
aguas termales.
Dependiendo de la frecuencia del origen (caída de lluvia o nieve derretida que infiltra la tierra), un manantial o naciente puede ser efímero (intermitente), perenne (continuo) o artesiano. Los
pozos artesianos son manantiales artificiales, provocados por el hombre mediante una perforación a gran profundidad y en la que la presión del agua es tal que la hace emerger en la superficie.
Cuando el agua aflora a la tierra, puede formar un estanque o arroyo. Las aguas termales, así como los géiseres, también son manantiales.
Las
fuentes en la cultura
Metafóricamente, manantiales y fuentes se han considerado en sentido figurado origen de algo: «Esa idea fue el manantial de distintas doctrinas», «el periodista obtuvo su
información de distintas fuentes», etc.
Cascada
Se llama cascada, caída,
catarata,
salto de agua o caída de agua
gigante al tramo de un curso fluvial donde, por causa de un fuerte desnivel del lecho o cauce, el agua cae verticalmente por efecto de la gravedad. Las caídas de agua se consideran uno de los fenómenos más bellos de la
naturaleza. 1 Algunas caídas de agua se utilizan para generar energía hidroeléctrica.
En español se emplean varios términos para designar este accidente, como caída, salto, cascada, catarata, torrente, rápido o chorro, sin que estén claramente definidos ni científicamente determinados. Se emplea el término cascada para designar la caída desde cierta altura de un
río u otra corriente por un brusco desnivel del cauce y se habla de catarata cuando se trata de una cascada muy grande o caudalosa. En cualquier caso no siempre es fácil la correspondencia entre el nombre del accidente geográfico y el descriptor y muchas
cascadas son en realidad
cataratas, agravado porque es difícil saber cuándo se emplea el descriptor en singular y cuándo en plural (como por ejemplo, «catarata de Paulo Afonso» vs. «cataratas del Niágara») y cuando se hace uso del determinativo «de» o «del» («salto Ángel» vs «salto del Tugela»). También se emplean voces de otros idiomas, como cachoeira, chute o waterfalls.
Las caídas de agua son sistemas dinámicos que varían con las
estaciones y con los años, aunque esto último solo se hace perceptible a escala geológica. Presentan distintas formas (por ejemplo, si su caída es vertical o si sigue una pronunciada pendiente, etc.), determinadas por el volumen de agua, la altura de la caída, la anchura del lecho y la conformación de las paredes entre las cuales corre el líquido, dependiendo del tipo de
roca y de las distintas capas en las que se disponen.
Entre las caídas de agua más famosas del mundo se encuentran las cataratas del Iguazú —compuestas por 275 cascadas de diferentes alturas localizadas entre
Argentina y
Brasil—, las cataratas del Niágara —situadas en la frontera entre
Estados Unidos y
Canadá y con un caudal que llega a los 11 000 m³/s—, las cataratas de Yosemite —en California, de 739 m de caída, muy conocidas por su belleza— y el salto Ángel —en
Venezuela, que con una altura de 979 m (807 m de caída ininterrumpida), es el salto de agua más alto del mundo.
Por extensión también se habla de cascada de hielo cuando el agua congelada forma caídas pronunciadas. Esto suele ocurrir cuando el caudal de agua es muy pequeño y se va helando de forma sucesiva, provocando el aumento de la estructura de hielo a unos -4 grados.