Camino de la Cañada de la
Cueva
Camino rural que arranca en la
carretera CU-V-3232, finalizando en el Paraje de La Obispalía, dando servidumbre a los parajes colindantes de El Prado, La Montalba, Cañada de la Cueva, Las Olivillas, La senda de La Jarilla, Padrejas y La Obispalía.
Paraje
Paraje es un término que se utiliza en los
pueblos de habla hispana para denominar un punto geográfico de una provincia o estado que puede estar habitado o no, y que generalmente cuenta con pobladores dispersos en un área rural.
Un paraje puede ser un
pueblo, una aldea o simplemente una zona determinada en el camino de los viajeros o turistas. Los parajes normalmente están separados entre sí por distancias que varían según la geografía del lugar, y mayoritariamente cuentan con abundante
agua para las personas que allí habitan.
Los censos consideran a los parajes por la dispersión poblacional de un estado y son tenidos en cuenta a la hora de llevarse a cabo el relevamiento censal.
Medio rural
Medio rural o
paisaje rural son conceptos que identifican al espacio geográfico calificado como rural, es decir, como opuesto a lo urbano (al pueblo por oposición a la ciudad). Es estudiado por la geografía rural.
Una comunidad es rural cuando por su oferta de recursos naturales, sus habitantes logran desarrollar un sentido de pertenencia al territorio tal que se disponen a construir una sociedad sobre la base de dichos recursos.
Es equivalente a los usos habituales de los términos "
campo" y "agro". No debe confundirse lo agrario con lo agrícola, pues mientras lo primero incluye la totalidad de lo rural, lo segundo se limita a la
agricultura (sin incluir la
ganadería u otras actividades rurales). A veces se utiliza el término "agropecuario".
El concepto de lo rural se aplica, en distintas escalas, al territorio de una región o de una localidad cuyos usos económicos son las actividades agropecuarias, agroindustriales, extractivas, de silvicultura y de conservación ambiental. Dependiendo de cada legislación, hay figuras jurídicas que lo protegen o delimitan (como área no urbanizada o no urbanizable, diferenciada de las áreas urbanas o de expansión urbana), especialmente para la limitación del crecimiento urbano.
El paisaje rural incluye también las zonas dedicadas a otros usos (residenciales, industriales, de transporte o de servicios) en los municipios clasificados previamente como rurales (atendiendo a criterios numéricos de población —en
España núcleos de menos de 10 000 habitantes, en otros países más o menos— o funcionales —que el sector económico predominante sea el primario—). Suele entonces distinguirse, frente al de paisaje rural (más inclusivo) el concepto de paisaje agrario (limitado a los usos propiamente agropecuarios, agroindustriales, extractivos, de silvicultura y de conservación ambiental), aunque también se suele incluir como elemento del paisaje agrario el hábitat rural tradicional, sobre todo cuando es disperso. El paisaje rural presenta una gran diversidad, que parte de sus muy diferentes aspectos físicas (geomorfología, clima) y de su ocupación humana (factores históricos, jurídicos, económicos, etc.) Elementos característicos del paisaje rural son el
ganado y los cultivos, así como las distintas instalaciones y equipamientos utilizados en cada forma de cultivo (secano o regadío, ganadería y agricultura intensiva o extensiva, de subsistencia o de
mercado, monocultivo o policultivo); y especialmente las parcelas, que se clasifican por su tamaño (no necesariamente coincidente con los términos latifundio y minifundio, indicadores de la concentración de la propiedad), forma y características (
campos abiertos -openfield, rang, township- y campos cerrados -bocage-, etc.)
La definición de "espacio" o "medio rural" es necesariamente tan ambigua como la del espacio urbano, dado que los criterios de determinación de qué sea un núcleo de población rural frente a uno urbano no son uniformes: los criterios cuantitativos (número de habitantes) son distintos en cada país o región, mientras que los criterios cualitativos (funciones o indicadores socioeconómicos) están afectados por distintas distorsiones, especialmente las producidas por la globalización, que ha homogeneizado y terciarizado las formas de vida en todo el mundo, afectando también al espacio rural; en cuyas actividades propias se han centrado especialmente muchos de los más recientes avances científicos, genéticos y técnicos. Además, frente al éxodo rural tradicional (emigración del campo a la ciudad); el denominado "éxodo urbano" o "neo-ruralización" propio de las sociedades postindustriales ha llevado de la ciudad al campo a un significativo número de personas, bien transitoriamente o bien de modo definitivo, por distintas razones (ocio y descanso, iniciativas de repoblación rural, teletrabajo, turismo rural, etc.)
Otras definiciones y características
Al hablar del paisaje rural, destaca el hecho de que este no sea uniforme, distinguiendo tradicionalmente en Europa, campos cerrados y campos abiertos, con variantes intermedias,
fruto de condicionamientos no solo naturales sino, sobre todo, jurídicos e históricos.
Aunque tradicionalmente estas áreas hayan sido primariamente utilizadas para la agricultura o ganadería, actualmente grandes superficies pueden estar protegidas como un área de conservación del medio ambiente (
flora,
fauna u otros recursos naturales), tierras indígenas, reservas extractivistas y tener otra importancia económica, por ejemplo, a través del turismo rural o ecoturismo.
Ordenamiento del territorio en la España rural
Si se establece el límite de medio rural en municipios con menos de 2000 habitantes, existen alrededor de 5.800 municipios en los que residirían unos 3 millones de habitantes en España. Destaca el hecho de que, en muchos casos, cada municipio incluye varias pedanías o entidades locales menores, con lo que el número de localidades rurales es mayor y por tanto el número de habitantes por localidad disminuye.
Cabe señalar las grandes diferencias en el tamaño de los asentamientos humanos en el medio rural. Como ejemplo en España, destaca —entre municipios de menos de 2000 habitantes— la diferencia entre los 327 habitantes de media por municipio en
Castilla y León frente a los 864 en
Andalucía (INE en 2006. Nota: no cuenta pedanías, por lo que contando núcleos de población las cifras variarían aumentando las diferencias, puesto que Castilla y León tiene más pedanías por municipio que Andalucía).