Camino rural que arranca en la
carretera CU-V-3232, finalizando en La Obispalía, dando servidumbre a los parajes circundantes de El Prado, La Montalba, Cañada de la
Cueva, Las Olivillas, La senda de La Jarilla, Padrejas y La Obispalía.
Camino rural
Los
caminos rurales unen las aldeas y las poblaciones más pequeñas de
mercado regional, y son los caminos terciarios, secundarios y de penetración. Normalmente, no son pavimentados, o tienen una capa delgada de asfalto; son más angostas y las curvas son más cerradas y las cuestas más empinadas que las de las
carreteras. Pueden ser de toda
estación o sólo temporales y, a menudo, tienen vados o transbordadores en vez de
puentes. Las carreteras que cruzan las regiones rurales, sean pavimentadas o no, se tratan en el artículo carretera.
Ubicación del camino
La ubicación del camino constituye la decisión más crítica en cuanto a su construcción. Esta determinará, el tipo y la magnitud de los impactos ambientales y sociales que causarán. Los caminos rurales que más afectan el entorno son los que:
• Atraviesan las tierras de los
pueblos indígenas; o terrenos silvestres críticos;
• Alteran el equilibrio natural en zonas con potenciales peligros naturales; áreas que constituyen el hábitats de la
fauna silvestre; y,
• Los que se adentran en áreas no idóneas para los cambios de uso del suelo.
Cerro
Colina
Un cerro o colina es una eminencia del terreno que, en general, no supera los 100 metros desde la base hasta la cima. Sin embargo, en algunos países de Sudamérica y Centroamérica se nombran como cerros algunos picos que incluso superan los 3000 m de altitud.
Algunos nombres específicos o locales de cerros son: mota, teso o tesa, loma, otero, montículo, alcor, collado, 1 cabezo, etc.
Los cerros pueden formarse por varios fenómenos; entre los más comunes están los geomorfológicos: por la surgencia de fallas; por erosión de otros accidentes mayores del terreno, tales como las mismas
montañas u otros cerros; por movimiento y deposición de sedimentos de un glaciar (por ejemplo, morrenas y drumlins); etcétera. La forma redondeada de algunos cerros obedece a movimientos de difusión del suelo y a regolitos que cubren el cerro, en un proceso denominado reptación.
Algunas regiones que pudieron haber tenido cerros no los tienen por causa de la cobertura de glaciares durante
la Era de Hielo. Por ejemplo, el contraste entre las vastas colinas del norte del estado estadounidense de Indiana y los numerosos cerros del sur del estado son el resultado de esto.
Existen varias denominaciones específicas usadas para describir tipos particulares de cerros, según su apariencia y método de formación. Muchos nombres se han originado en una región geográfica para describir una forma de cerro peculiar de esa región. Otras denominaciones incluyen:
• Loma — pequeño cerro con una mínima elevación pero prolongada;
• Otero - cerro aislado que domina un llano
• Drumlin — cerro formado por acción glacial;
• Butte — cerro isla con costados muy escarpados y una cima muy plana, formados por acción climática;
• Tor — formación rocosa en la punta de un cerro, común en el suroeste de Inglaterra;
• Puy — cerro isla cónico y de origen volcánico común en
Francia;
• Pingo — montículo de hielo cubierto de tierra que se puede encontrar en el Ártico y en la Antártica;
• Teso o tesa — pequeña colina con cima llana;
• Mota — se caracteriza por ser de baja altura y estar aislada;
• Montículo — puede ser de origen natural o artificial.