Huerta
La huerta es un modelo de
agricultura para la práctica y explotación de cultivos de regadío, tradicionalmente emplazados en las vegas o
valles de los
ríos por ser un tipo de agricultura que requiere riego abundante, aunque el sistema de riego por goteo ha revolucionado en gran parte la
tradición hortícola, ampliando la geografía hortelana al poder regular el consumo de
agua. Pueden aceptar el nombre genérico de cultivos hortícolas, ya que tradicionalmente los principales cultivos de las
huertas han sido las
hortalizas, verduras, o legumbres, aunque a menudo también incluían
árboles frutales. El trabajo de la huerta se completa con las labores de preparación de semilleros o sementeras, trasplante, abono, carda o bina (para eliminar las plantas sobrantes), preparación de estructuras de soporte (para tomateras o legumbres, por ejemplo), etc.
En la agricultura ecológica
Provocado por la degradación ambiental en todo el planeta, en el siglo XXI se han promovido y desarrollado otros modelos de recuperación de la huerta orgánica de agricultura ecológica, evitando el uso de biocidas (herbicidas, insecticidas, acaricidas, etc.), y recreando un ecosistema que se sostiene con la diversidad de los cultivos, la rotación de los mismos y el aporte de abonos orgánicos.
Huerto
No debe confundirse con Huerta.
El huerto (o huerto de verduras y hortalizas) es una siembra de reducidas dimensiones y de cultivo intensivo con la finalidad de cosechar alimentos para el consumo familiar. Tiene su origen en el huerto tradicional europeo de pequeña extensión y por lo general dedicado al consumo familiar o la venta al por menor, síntesis de las culturas mediterráneas septentrionales (griega,
romana y bárbara) y las meridionales (egipcia, mesopotámica y luego musulmana) del tipo conocido en italiano como «giardino dei simplice», o pequeño huerto doméstico.
Historia
Artículo principal: Historia de la agricultura
La alimentación humana se basó en un primer momento, durante el período Paleolítico, en la recolección de comestibles de origen vegetal que crecían de manera espontánea en la
naturaleza y en la obtención de alimentos de origen animal a través de la
caza, la
pesca y otras técnicas. El desarrollo del cultivo de cereales en la evolución humana marcó la separación entre el Paleolítico y el Neolítico, 4 dio origen al desarrollo de la vida sedentaria de los seres humanos, al surgimiento de los primeros
pueblos y a la independencia de los obstáculos que la naturaleza le imponía a la obtención de alimentos (límites creados por las
estaciones, el clima, las distintas épocas de cosecha, problemas de almacenamiento de alimentos, etc.), ya que los cereales pueden almacenarse para ser consumidos cuando se necesiten. No solo se desarrolló la agricultura propiamente dicha, sino una serie de técnicas que acompañaron el gran salto que implicó la Revolución Neolítica como son la creación de viviendas,
caminos, utensilios diversos (arados, cestería, objetos y vasijas de
cerámica, etc.) y que dieron origen a la creación de un modo de vida sedentario que contrastó con la larga historia nómada de los seres humanos.
Los ejemplos de horticultura intensiva más antiguos se producen en Mesopotamia, llegando a planteamientos monumentales como los
Jardines Colgantes de Babilonia. Resulta complicado recopilar una síntesis de los jardines domésticos de vegetales a lo largo de la historia, ya que varían mucho en cuanto a sus características, escala de la producción, técnicas empleadas, vegetales cosechados y, sobre todo, finalidades o propósitos de las mini-parcelas ya que, a pesar del pequeño tamaño de este tipo de explotaciones pueden servir para algo más que un complemento de los vegetales de consumo diario en el hogar y pueden ser muy rentables, sobre todo cuando se dedican a
flores o plantas de
jardín y hasta viveros.
Este primer ejemplo de agricultura intensiva (poco espacio y escasos recursos, pero gran cantidad de mano de obra con respecto al tamaño de la explotación) tuvo una evolución similar a escala mundial, pero con variables locales y regionales con relación a los tipos y técnicas de cultivo, plantas empleadas, necesidades locales y regionales, disponibilidad de agua y otros recursos, clima, etc. Es el nacimiento de la horticultura, de la jardinería útil, del proyecto inicial de todas las viviendas rurales en todo el mundo, de la economía complementaria del habitante del
pueblo o de la ciudad y, al mismo tiempo, una verdadera
escuela agrícola de pequeña escala, en la que se desarrollan de manera empírica (principalmente), las técnicas agrícolas más avanzadas que se conocen sobre el cultivo intensivo.
Tipología
Huerto familiar
Aunque se plantea como un invento reciente o un modelo nuevo, por sus implicaciones de conciencia ecológica, anticonsumismo, economía ambiental, etc, los
huertos familiares comenzaron a desarrollarse ya en la prehistoria con el proceso de reutilización de las semillas (semilleros) y los desechos orgánicos generados diariamente para preparar uno de los elementos para abonar los cultivos: el compost o abono orgánico. Para su buena práctica es interesante conocer el calendario de siembra y las recomendaciones de los especialistas para la instalación y mantenimiento de un huerto urbano.
Huerto urbano
Como ya se ha sugerido, el huerto urbano puede datarse en los albores de la agricultura durante la revolución neolítica, dentro de las labores de siembra, se esparcían semillas alrededor de la
cueva o vivienda donde residían, como medida de seguridad, y como
granero para las épocas de escasez.
En pleno siglo XXI, las propuestas de agricultura urbana, huertos colectivos, etc. pueden funcionar, además de como bases de consumo controlado, como pequeñas
escuelas para implicar a los más jóvenes en los procesos naturales (siembra, crecimiento, cuidados, floración-reproducción, injertos, cosecha, poda, conservación, elaboración de alimentos, resiembra). La suma de los propósitos productivos y el contenido educativo y reconstructivo, ayuda -según los expertos- a fortalecer la integración y el trabajo en equipo y recuperar la autoestima, como así también promover hábitos nutricionales saludables. En el mejor de los casos, estas experiencias comunitarias o sencillamente familiares habilitan un sistema de producción continua en el que se aporta trabajo y conocimiento todo el año y se obtienen hortalizas frescas,
frutas y hierbas aromáticas.
En el refranero
También han dejado su indiscutida sabiduría popular en el refranero en proverbios y ‘consejas’ como, por ejemplo:
• Cuando hay frutas en la huerta, hay
amigos en la
puerta
• Abril mojado malo en la huerta, bueno en el
campo
• Buen
pan de hogaza, buena huerta y carne de caza
• Cosa de huerta no entra en cuenta
• Cuando el labrador cava la huerta, más alto tiene el culo que la cabeza