Foto de Rs
Dentro de las actividades de divulgación del “cristal de Hispania” llevadas a cabo por el ADI El Záncara”, hemos conocido, de la mano de M. José Bernardez y Juan Carlos Guisado, las
minas de lapis de
Villaescusa de Haro y
Alconchel de la Estrella.
"Ruta Cristal de Hispania"
La Ruta del Cristal de Hispania, es un
sendero de gran recorrido de 163 km entre las poblaciones de Cañaveruelas al norte y
San Clemente al sur.
Puede realizarse en ambos sentidos tanto a pie como en BTT. Tiene como principal atractivo la temática relacionada con la explotación minera de lapis specularis de época
romana y los restos arqueológicos.
Otro de los atractivos de esta ruta es el recorrido por donde transcurre, en gran parte, por antiguas
vías de comunicación, donde podremos disfrutar de bellos
paisajes y apreciar el contraste que a su paso nos ofrecen las diferentes comarcas conquenses de la Alcarria, La Mancha Alta y La Mancha Baja, con unas características propias de cada zona y su valor etnográfico.
El lapis specularis fue uno de los recursos más importantes de la minería hispana. Por sus cualidades, se empleaba sobre todo como elemento arquitectónico y material de construcción para cerrar vanos y
ventanas, para cubrir suelos y paredes y para hacer estucos.
Las minas de lapis specularis más importantes del Imperio
Romano se encontraban en el centro de Hispania, en la actual provincia de
Cuenca. Existían minas en otros lugares del imperio, pero las más apreciadas eran las de Hispania por su calidad y la cantidad de producción, desde donde se distribuía no solo a las ciudades de Hispania, sino también al resto de las provincias imperiales. Un estudio reciente, desvela que el lapis specularis usado en la famosa ciudad de Pompeya, procedía de las minas de Cuenca.
INFORMACIÓN DE LA RUTA
Esta ruta se extiende a lo largo de 163 km por la provincia de Cuenca y se corresponde con la antigua
vía "Lapis Specularis", calzada romana que comunicaba las tierras del interior de la Meseta con las zonas del Levante y los
puertos del Mediterráneo. Por la calzada se transportaba el lapis specularis o espejuelo, empleado para cerrar pequeños vanos y con carácter
ornamental, ya que su pureza lo hacía traslúcido, dejando pasar la luz.
Las explotaciones mineras
romanas de Lapis Specularis constituyen, por tanto, uno de los más grandes y mejor conservados conjuntos mineros de la
antigüedad. La ruta recorre un itinerario que va desde Ercávica a San Clemente, pasando por municipios como Cañaveruelas, Villalba del Rey, Portalrubio de Guadamejud, Moncalvillo de Huete, Huete, Loranca del
Campo, Carrascosa del Campo, Olmedilla del Campo, Saelices, Villas Viejas,
Montalbo,
El Hito,
Villar de Cañas,
Villarejo de Fuentes, Alconchel de la Estrella,
Villalgordo del Marquesado,
Villar de la Encina,
Pinarejo,
Santa María del Campo Rus.
En este recorrido destaca Segóbriga, cuya importancia durante el Imperio Romano se debió a la obtención y comercialización del lapis especularis que se realizaba en su ámbito de influencia territorial. El mineral era muy apreciado en esta zona debido a su abundancia y gran calidad.