Un buen libro nos puede enseñar que es la libertad, el trabajo, el trato con nuestros semejantes, educación, y, sobre todo, la manera de elevarnos... en bien propio y el de nuestros hijos. ¡Qué vaaaaaaaaaaaa! ¿Cómo se nos va a ocurrir de ir a un sitio de esos? Como tú bien dices, un sexólogo así es un peligro, y teniendo cosas más importantes que hacer, es una solemne tontería si todo funciona bien. Jajajajja
Un beso, anónimo 352. ¡Ni se os ocurra pasar a ninguno de los dos por ese consultorio! ¡Qué peligro!
Un abrazo. ¡Sin comentarios, coñe, qué soy muy antiguaaaaaaaaaa! Jajajajajajjajajaa Esta mujer, al igual que otras, estaba esperando la mínima oportunidad para enviar al marido allí donde lo mandó. Jajajajaja
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