... Y hablando de primaveras quinceañeras... Aquí dejo esta poesía de Luis Belda Benavent que fue ganador del premio poesía Federico Muelas, creo que el año 2010.
QUINCE AÑOS
Yo, tuve quince años.
Corría, lo recuerdo,
bajo la lluvia atando
un volcán de ilusiones.
Escalaba las sierras
para encontrar halcones
y libertad en mis alas....
¡Hombre, mirad por dónde ha aparecido la foto de Gabriel, al que le gusta La Primavera! Y digo yo: ¿Y a quién no le gusta, muchacho? Sobre todo la edad de "La Primavera Quinceañera... que hace ya algún tiempo pasó por nuestras vidas. Ahora, no es que estemos mal, porque el otoño tampoco es que sea tan malo, pero.... Ya sabemos aquello que dice: En otoño se caen las hojas de los árboles y el pelo de... la cabeza, y cuando esta comienza a estar calva..., ¡malo borrica!
LA CORDURA y EL GENIO son novios, pero jamás han podido casarse.
(Amado Nervo)
No sé si entonces expliqué que, cuando llegaron los entendidos en la materia, que son mi marido y mis hijos, tocaron no sé qué teclas, y acto seguido pude ver y escuchar los Campanilleros como está mandao. ¡Dicen que el que no sabe, es como el que no ve, y eso mismo me pasaba y me pasa a mí.
La verdad es que eran bonitos aquellos "trabajillos" que realizó Gabriel; creo que los tengo por ahí guardados en una carpeta, así como otros más que hizo en aquellos años y siguientes.
QUINCE AÑOS
Yo, tuve quince años.
Corría, lo recuerdo,
bajo la lluvia atando
un volcán de ilusiones.
Escalaba las sierras
para encontrar halcones
y libertad en mis alas....
¡Hombre, mirad por dónde ha aparecido la foto de Gabriel, al que le gusta La Primavera! Y digo yo: ¿Y a quién no le gusta, muchacho? Sobre todo la edad de "La Primavera Quinceañera... que hace ya algún tiempo pasó por nuestras vidas. Ahora, no es que estemos mal, porque el otoño tampoco es que sea tan malo, pero.... Ya sabemos aquello que dice: En otoño se caen las hojas de los árboles y el pelo de... la cabeza, y cuando esta comienza a estar calva..., ¡malo borrica!
LA CORDURA y EL GENIO son novios, pero jamás han podido casarse.
(Amado Nervo)
No sé si entonces expliqué que, cuando llegaron los entendidos en la materia, que son mi marido y mis hijos, tocaron no sé qué teclas, y acto seguido pude ver y escuchar los Campanilleros como está mandao. ¡Dicen que el que no sabe, es como el que no ve, y eso mismo me pasaba y me pasa a mí.
La verdad es que eran bonitos aquellos "trabajillos" que realizó Gabriel; creo que los tengo por ahí guardados en una carpeta, así como otros más que hizo en aquellos años y siguientes.