Los padres que aman verdaderamente a sus hijos los enseñan, los dirigen y no se limitan a satisfacer sus caprichos. Porque en última instancia, no es lo que usted haya hecho por sus hijos, sino lo que les haya enseñado a hacer por sí mismos, lo que les hará triunfar en la vida. Hemos de recordar siempre, que los padres tenemos "derechos", y que como todos los derechos, éstos se pierden cuando no se ejercen. Los padres debemos aceptar el hecho de que habrá momentos en que los hijos nos odien, pero de cómo utilicen los chicos su odio dependerá que pueda ir a la universidad o quizá a la cárcel. Castilleja, venga, que ahora te toca a tí hacer de coro.
En el hoyo de tu barba
tengo que pintar un pez,
una rosa catalana,
un clavel aragonés,
y una clavellina indiana.
¡Olé, castilleja, cada día cantas mejor! Ahora, esta cortita, y luego le toca a Castilleja, que aunque le duela el cuerpo, la garganta la tiene buena. Jajajaja
Mereces por tus desplantes
que te lean El Quijote,
pero de atrás para alante.