Distribución
Se reproducen muy bien las encinas por semilla (sembrando las bellotas), aunque también se multiplican por brotes de raíz y de cepa. Se crían bien en todo tipo de suelos y desde la costa hasta unos 1500 msnm a veces más, en forma de arbusto (carrasca o chaparra).
Su área de distribución natural es el Mediterráneo, ya que se encuentra en todos los países que lo bordean, pero sólo en las zonas con clima mediterráneo seco, por su característica de vegetación esclerófila. Cuando el clima es más lluvioso y de tipo atlántico, la sustituyen otras especies de Quercus, como los robles, quejigos o alcornoques. Así, en
España resulta ser la especie forestal que más territorio ocupa: unos 3 millones de hectáreas de encinares repartidos por toda la península y en las islas
Baleares, excepto la franja costera cantábrica donde, sin llegar a ser rara, es mucho menos abundante que en el resto de la península. No obstante, en las zonas calizas de la citada franja costera, donde las características del suelo permiten unas condiciones suficientes de sequedad, llega a formar extensos bosques impenetrables, de
árboles bajos y densamente enmarañados con plantas trepadoras espinosas. Estos bosques, denominados encinares cantábricos, son vestigios de una distribución más amplia de la encina en épocas de clima más cálido. Llegan a ser dominantes en estas regiones calcáreas litorales, y poseen unas características especiales por su condición de transición mediterráneo-atlántica y por estar ecológicamente aislados del resto de encinares mediterráneos.
Cultivadas las encinas se mantienen generalmente en dehesas, en las que se aprovechan sus bellotas para alimentar al
ganado y su leña para hacer un excelente carbón. En estado natural, las encinas forman extensos y muy tupidos bosques junto con las demás especies típicas del bosque mediterráneo: jaras, cantuesos, madroños, brezos, durillos, cornicabras, retamas, y un largo etcétera según las zonas.
Además, estos bosques resultan ser el mejor hábitat para la
fauna mediterránea, lo que los convierte en ideales cotos de
caza e incluso en áreas de reserva naturales con mayor protección. También forma a menudo bosques mixtos, mezclándose como especie arbórea con otras, generalmente
pinos (especialmente carrasco, piñonero y resinero) o enebros. El encinar es el principal ecosistema en varios espacios naturales protegidos: el
parque nacional de Cabañeros (
Ciudad Real), el parque nacional de Monfragüe (
Cáceres), el
Monte del Pardo (
Madrid), el Carrascal de la Font Roja (Provincia de
Alicante) o el de
Sierra Madrona (Ciudad Real).