Cuando una persona crea optimismo y bienestar, los que le rodean ceden a su influjo. Las mujeres son muy precavidas y piensan en todo, hasta que lo ehan todo a rodar. El hombre mira a la mujer antes; la mujer le mira a él después. Comentando algo más sobre esta foto, casi después de un año, he de decir que al nieto de Carmen no le conozco; es posible que lo haya visto más de una vez por el pueblo pero a los niños de su edad, si no es que sean hijos de familiares o vecinos de mis padres, no conozco prácticamente a ninguno, y sí que lo siento, pero hace tantos años que marché del pueblo que con dos o tres veces que voy por pocos días al año, es imposible conocerlos.
A Víctor, el hijo de Victoriano tampoco le conozco y no... Lo impensado forma parte de lo previsto, pues no son iguales las leyes del hombre que las leyes de nuestro espíritu eterno.