Las hojas de otoño sobre el río, ALCONCHEL DE LA ESTRELLA

(1 de Noviembre de 2010)
Y así ocurrió.
Nos ha gastado la misma broma demasiadas veces -dijeron todos- Si hay un lobo esta vez, tendrá que comerse al muchacho.
Pero nadie en el pueblo salió para ayudar al muchacho, porque nadie cree a un mentiroso, aunque alguna vez diga la verdad.
- ¡Socorro! ¡Que viene el lobo y devora las ovejas!
El pastorcillo se quedó aterrado. El lobo parecía enorme a la luz del crepúsculo y el chico sólo tenía su cayado para defenderse. Corrió hasta el risco y gritó: