(7 de Octubre de 2010)

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Podemos decir que un pueblo no sólo es rico por sus recursos naturales, sino por la apertura de espíritu de sus hombres y mujeres, y el trasvase de ideas entre otros pueblos. Ofrecer atículos sobre viajes y maravillas de nuestro mundo y hacer progresar el entendimiento entre los seres humanos.
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Este mejor conocimiento mutuo no se hace ya por la imposición de una parte sobre la otra, sino que es un verdaro y auténtico intercambio humano, cultural y económico...
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En el fenómeno turístico hay dos vertientes fundamentales: lo que aporta el viajero y lo que se lleva. Mientras el turismo fue una actividad de minorías, la influencia que ejercía en visitantes y visitados era notablemente inferior al trasvase de ideas que habían generado anteriormente las invasiones; pero, conforme la industria turística se fue desarrollando, esas minorías se convirtieron en masas, y a partir de ese momento el turismo empezó a modelar un nuevo estilo de convivencia...
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Por fin, fue en el siglo XIX esta situación cambió radicalmente, y el turista comienza a sustituir al aventurero y al invasor. Había comenzado la gran era del turismo...
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Sin embargo, durante siglos, los grandes desplazamientos han estado motivados por razones bélicas. De esos contactos entre razas diferentes, los pueblos invasores eran quienes obtenían un mayor beneficio, aunque. -también hay que reconocerlo-, toda la humanidad progresó gracias a los contactos entre culturas y tecnologías diferentes...