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A ver como han quedado, ALCONCHEL DE LA ESTRELLA

(5 de Marzo de 2011)
Ella los "cató" para ver cómo habían quedado; yo con sólo mirarlos, intuyo que estaban riquísimos. Y es que los chorizos alconcheleros, con su pimentoncillo y su grasilla, hacen que a una se le revolucionen los jugos gástricos. ¡A estas horas de la mañana, me comía yo..., ¡dos como mínimo!
Yo sigo con mis trece después de cuatro años: Con ese desayuno, comida, cena o resopón, cualquiera no es feliz... y más si tenemos ya el estómago, a estas horas, como lo tengo yo, que me trae un rum-rum....
¡Si esta foto no es para decir buenos días, qué venga Dios y lo vea! Menuda cara de felicidad tiene la niña sólo de pensar en ese "cacho pan con chorizos" que se ma a meter entre pecho y espalda... ¡Así cualquiera, coñe!
Jamás nos arrepentiremos de haber comido demasiado poco.
La felicidad del matrimon io puede parecer más intensa durante los primeros años, cuando sus gustos coinciden las más de las veces. El peligro en estos casos es que, si uno de los dos cambia de gustos tras varios años de matrimonio "compatible", puede descubrir un camino por el que quizá el otro no esté preparado para andar.