(5 de Marzo de 2011)

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Según señalan la mayoría de los anturalistas, "nada es previsible en lo que a la liebre se refiere, a excepción de su imprevisibilidad". Pero tal vez sea este uno de sus mayores encantos.
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Allí vivió comiendo frutas y golosinas, respondiendo prestamente a las llamadas de sus dueños y dando la impresión de sentirse a sus anchas en un hogar civilizado. ¿Proceder sorprendente tratándose de un animal tan solitario e insociable? En realidad no...
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Aunque las liebres, como hemos dicho, son seres salvajes y solitarios, a veces has sido domesticadas. En la provincia de Madrid, un cazador, don Féliz Díaz, se encontró con una hembra preñada que acababa de morir; le practicó una cesárea en el mismo campo y extrajo del vientre de la madre un hermoso lebratillo, al que llevó a su cas y alimentó con un biberón...
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Estos cambios de sentido, son tan bruscos y rápidos que los perros que le siguen pierden el rastro definitivamente...
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Lanzada a toda velocidad, la posición trasera de los ojos le permite juzgar la proximidad de as mandíbulas del enemigo; para eludirlas, no tiene más que inclinar una oreja a uno de sus lados, a fin de no perder el equilibrio, y dar un giro en ángulo recto que se conoce con el nombre de "redoblamiento"...