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Entrada grande a la cueva, ALCONCHEL DE LA ESTRELLA

(16 de Agosto de 2012)
Eufra7, de qué cueva se trata? ¿De la cueva del castillo, o de la cueva de los morceguillos? Yo nunca he entrado a esta última, en cambio a la del Castillo, un montón de veces; claro que entonces era mucho más joven y mucho más delgada. Ahora, si lo intentase, no creo que mi cuerpo serrano cupiese por el agujero. Besos
En la ciudad de Pompeya se han encontrado restos de edificios con ventanas de lapis specularis y en el Museo Nacional de Arte Romano de Mérida se puede observar una reproducción de una ventana acristalada con lapis specularis.

A partir de los datos de Plinio y de la arqueología sabemos que en las actuales provincias de Cuenca y Toledo había gran cantidad de minas de lapis specularis, por ejemplo en Noblejas, La Frontera, Carrascosa del Campo, Campos del Paraíso, Torrejoncillo del Rey, Villarejo...
Remitiéndonos a Plinio de nuevo, éste nos dice que el yeso obtenido del lapis specularis era el mejor de todos también para otro fin; ya que al fin y al cabo era una variedad de aljez, otro uso constructivo fue la fabricación de yeso y escayola mediante su calcinación del mineral con el fin de usarlo para molduras, vaciados y enyesados.
Aparte de su uso para acristalamiento, también se aprovechó como material constructivo con otros fines, por ejemplo, en forma de virutas y láminas en pavimentos, para recubir edificaciones como elemento ornamental, como por ejemplo el Circo Máximo durante los espectáculos.
El principal uso del lapis specularis en la Antigua Roma fue para la fabricación de ventanas acristaladas, acoplándose en armazones, principalmente de madera aunque también se fabricaron de cerámica, que permitían ensamblar varias planchas con el fin de cubrir la superficie en función del tamaño de la ventana. Incluso se llegaron a construir invernaderos a base de unir placas de lapis specularis. Por extensión, a las ventanas acristaladas con este material se las denominada de igual forma.