El espectáculo se contempla en silencio, lo que choca con los encierros de la mañana. Está prohibido utilizar flash para no distraer a los animales. Si no has estado nunca en Sanfermin es posible que todo el asunto te deje un poco frío. Para los de aquí la cosa tiene cierta mística, seguramente por el silencio y la luz de la luna. El encierrillo tiene unos 440 metros de recorrido. Minutos antes de empezar, un grupo de policías municipales despejan el recorrido y el mayoral distribuye a los pastores. Un toque de cornetín anuncia que el corral de llegada (Santo Domingo) está libre. Un guardia en el puente de la Rochapea, al oírlo, da un segundo toque: la subida a los corrales está también despejada. Entonces sale la manada con los pastores detrás. Para verlo hace falta un pase que se puede conseguir en la oficina del Área de Cultura del Ayuntamiento que está en la calle Descalzos. Para saber cuando pasarte llama al servicio de información del ayuntamiento: el 010. Suelen repartir dos pases por persona. Es muy importante el orden, la puntualidad y el silencio porque los toros sino pueden despistarse. El encierrillo
Le llamamos así al traslado de víspera (en torno a las once de la noche), de los seis toros de la corrida, desde los corrales del gas hasta los de Santo Domingo, de donde empezará el encierro. Se hace sin corredores. Bueno, pues eso es un encierro. Ahora, si has llegado despierto al amanecer, puedes optar entre irte a dormir, cometer la barbaridad de correr o intentar conseguir un sitio para verlo a buen resguardo.