Ni qué decir, que los hermosos jóvenes fueron muy felices. Al volver su padre le contaron lo ocurrido, y el les agradeció que le descubrieran cuán malvada era su mujer, y se alegró que las hubieran desterrado, Ella, emocionada por la apostura del príncipe, le guió. Y lo primero que hizo fue desterrar a ambas por el trato tan cruel e inhumano que le daban a Lucía. – No puedo consentir que te obliguen a realizar este tipo de trabajos en estas condiciones, guíame fuera del bosque y te llevaré a mi palacio. Mi madrastra me ha obligado a venir a lavar al rio.