Al despertar su amo, el asno le contó todo lo sucedido, y su dueño como premio le dío el mejor bocado que llevaban, y le agradeció que salvará a su amigo el asno y todos los alimentos que llevaba. Diciéndole:
– Pero el dueño estaba un poco lejos, y no los oía
... En una ocasión, el perro cansado de jugar, se sintió hambiento. Al ver que su dueño seguía durmiendo se acercó al asno y el dijo: Agáchate, amigo, y déjame que pille de la alforja algún bocado, que llevo muchas horas sin comer nada. El asno, aunque quería dárselo, pensó que a su dueño le molestaría que su amigo el perro cogiera algún alimento sin el permiso de su dueño, y por ello no se lo permitió. Entonces su amigo el perro se quedo muy triste y se alejó un poco de su amigo el asno, el asno siguió... El perro y el asno
En una pequeña aldea apartada del bullicio de las grandes ciudades, vivían un travieso perro y un lindo borriquillo, dos buenos amigos que compartían un mismo dueño. Aunque la mayor parte del tiempo disfrutaban de la vida del campo, a veces iban a la gran ciudad con su amo; allí visitaban el mercado para vender los alimentos que producía la granja y las verduras y frutas frescas que habían recogido de la huerta. Cuando realizaban estos viajes, el asno llevaba sus alforjas repletas... Este número de mensajes es la fecha en que Alfonso VIII, conquistó Cuenca.