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En la pajarera, ALCONCHEL DE LA ESTRELLA

(9 de Marzo de 2014)
El médico, en cambio, vivió en paz hasta que la muerte se colocó en la cabecera de su cama.
Aquellos fanfarrones, naturalmente, se echaron a reír. Pero la risa se convirtió muy pronto en llanto, porque el mocetón que se había fingido enfermo murió pocas horas después.
Uno de los habitantes, sin embargo, un mocetón sano y robusto, se metió en la cama fingiendo estar enfermo y al borde de la muerte. Mandó llamar al famoso médico.
Cuando el médico llegó, miró a su alrededor y vio a la muerte en la cabecera de la cama.
-No hay nada que hacer –dijo y regresó de inmediato a su casa.
El joven volvió a su pueblo, a casa de su madre, con todo aquel tesoro.
Allí, sin embargo, nadie quería creer en su fama.
- ¿Qué ese pordiosero ha curado a la princesa? ¡Vaya médico! –decía la gente corroída por la envidia.
Todos pensaban que el pobre infeliz se había vuelto loco.
Dos días después, la princesa había sanado y el rey, como señal de gratitud, compensó al prodigioso médico con oro y piedras preciosas.