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Túnel verde, ALCONCHEL DE LA ESTRELLA

(9 de Marzo de 2014)
Después de varios días en silencio, la jirafa reconoció que habia sido demasiado vanidosa y presumida, y pidió perdón a todos lo animales, entonces entre todos el ayudaron a quitarse las hojas pegadas de su garganta, y a partir de ese momento la jirafa respetó a todos los animales de la selva y ellos la respetaron a ella
Todos los animales dieron las gracias al mono por haber conseguido silenciar a la presuntuosa jirafa. Y a partir de ese día durmieron todas las tardes, mientras la jirafa corría por el bosque a medio galope pronunciando palabras silenciosas entre las copas más altas de los árboles.
Pero a cada bocado que daba, las pegajosas hojas se le enganchaban en la larga garganta. Y por más que tragaba, las hojas no se despegaban. La jirafa sacudió su cuello naranja y negro y se bebió todo el agua del lago. Más no había forma de desprenderse de las pegajosas hojas. Y al abrir la boca para afirmar lo maravillosa que era, descubrió que no podía articular palabra. ¡Estaba muda!
Unos días más tarde, los animales volvieron a reunirse para tomar una decisión con respecto a la jirafa. Entonces el mono podió la palabra y explicó al resto de los animales que había concebido un plan, todos estuvieron de acuerdo y ayudaron al mono:

Recogió goma del árbol del caucho y se subió con ella a los árboles, extendiéndola sobre todas las hojas. Al poco rato apareció jirafa y se puso a comerse las hojas de los árboles.
Luego el leopardo fue ganando terreno, y adelantó a la jirafa, pero de pronto, el leopardo chocó con un árbol, se hirió en la cabeza y cayó al suelo.

Después de haber ganado la carrera, la jirafa se volvió todavía más vanidosa. Se paseaba con aires de suficiencia y se jactaba sin cesar de lo muy superior que era al resto de los animales.