El príncipe, que merodeaba por el lugar, reconoció la voz de su amada…Desde entonces nunca más volvió a separarse de ella.
Fin Estuvo caminando por el bosque durante horas, agotada se posó en una roca, cantó una de sus canciones tristes. Mientras, la niña de la trenza dorada consiguió por fin huir de aquella torre. De la fuerte caída, el príncipe quedó ciego y, avergonzado, decidió huir. Sin embargo, la anciana que en realidad era una bruja sospechó que algo cambió a la niña, pues las canciones ya no eran tristes.
Un día la malvada bruja se presentó de improviso en lo alto de la torre y cuando trepaba el príncipe, la bruja lo empujó al vacío.